© LUISMA MURIAS Luis Rodríguez Terente muestra un fragmento del meteorito que cayó sobre Cangas en 1866.
(España) - Quienes el 6 de diciembre de 1866 estaban en Cangas de Onís mirando al cielo a las 10.30 de la mañana seguramente tuvieron que frotarse los ojos varias veces. Una lluvia de meteoritos repartió material procedente del Universo por todo el concejo, un rastro del que se han conservado 22,4 kilos de los 35 inicialmente recuperados. La historia parece de película pero sucedió en la realidad y el director del Museo de Geología de la Universidad de Oviedo, Luis Miguel Rodríguez Terente, la contará hoy en el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), en una conferencia a las 19.30 horas. Explicará el meteorito de Cangas dentro de un contexto divulgativo más general, en el que apuntará, por ejemplo, que todos son "restos del origen de nuestro sistema solar y tienen una edad aproximada a la de la Tierra", entre 5.000 y 3.000 millones de años.
Pese a que el cangués tiene un incalculable valor, pues a través de él se estudia cómo se han formado los meteoritos en el espacio, cómo han llegado a la Tierra y forman parte de nosotros, Rodríguez Terente explica que se trata de una "condrita", del grupo más abundante. "No es extraño, aunque para nosotros es muy singular, un ejemplar fantástico", añade el geólogo.
Comentario: Pese a la belleza de estas imágenes, sentimos recordarles que este fenómeno no tiene nada de divertido. Y no sólo pasa en la lejana galaxia. Hay más que suficiente evidencia científica de que estos encuentros en el pasado reciente de la Tierra han tenido consecuencias catastróficas .
Los encuentros de nuestro planeta con rocas espaciales son mucho más frecuentes de lo que creemos y son parte permanente de la historia de la humanidad. Son muchos los científicos comprometidos con la verdad que han sacado a la luz este hecho que a la vista de cualquiera resulta aterrador.
Desde el 2011 la American Metor Society, ha reportado un aumento muy marcado de avistamientos y eventos relacionados con cometas, meteoros y meteoritos. Y tal parece, según muestra la evidencia, que el evento de Cheliabisk no será el único ni el más significativo en los meses venideros.
Laura Knight-Jadczyk hace un extraordinario trabajo conectando los puntos y haciendo visible un hecho singular que requiere de toda nuestra atención: catástrofes planetarias ocurren cíclicamente y están profundamente relacionadas con el desarrollo de la humanidad.
Invitamos a los lectores a recorrer la serie completa de artículos titulada "Comentas y Catástrofes" publicada aquí mismo.
También les invitamos a leer un fragmento del último libro de Laura Knight "Cometas y los cuernos de Moises": La caída y sus leyendas