Anciana
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Adultos mayores. La confunden con efecto de vejez o mal de Alzheimer.

Ilsa Katz tenía 85 años cuando su hija, Vivian Atkins, notó por primera vez que su madre presentaba señales de confusión con frecuencia cada vez mayor. No era Alzheimer, tampoco un simple efecto de la vejez.

"No podía recordar nombres, dónde había estado o qué había hecho ese día", recordó Atkins en una entrevista. "Al principio, no me preocupé mucho. Pensé que era algo normal en el envejecimiento. Pero con el tiempo, la confusión y los problemas de memoria se volvieron más severos y más frecuentes''.

Su madre no podía recordar los nombres de parientes cercanos o qué día era. Ella pensaba que iba a trabajar o que necesitaba ir al centro de la ciudad, lo cual nunca hacía. Además, con frecuencia estaba agitada.

Un ejercicio en una clínica de memoria dio como resultado un diagnóstico de las primeras etapas del mal de Alzheimer, por lo cual a Katz le recetaron un medicamento para esa patología, que, dijo Atkins, empeoró la situación.

Sin embargo, la clínica también probó el nivel de vitamina B12. Estaba por debajo de lo normal, y su médico pensó que eso podría estar contribuyendo a sus síntomas.

Entonces, empezaron las inyecciones semanales de B12. "Poco tiempo después, estaba menos agitada, menos confundida y su memoria estaba mucho mejor'', destacó Atkins. "Sentí que mi madre había vuelto, y ella también se siente mucho mejor''. Actualmente de 87 años, Ilsa aún vive sola en Manhattan y se siente suficientemente bien para negarse a recibir ayuda externa.

"¿Por qué no se hacen exámenes de rutina de los niveles de B12, particularmente en personas de edad avanzada?'', se preguntaba su hija. Es una buena pregunta.

A medida que envejecemos, disminuye nuestra capacidad para absorber la B12 de los alimentos, en tanto lo mismo ocurre frecuentemente con nuestro consumo de alimentos ricos en esta vitamina.

Una deficiencia de B12 puede aparecer sin advertencia y ocasionar una diversidad de síntomas confusos, con probabilidades de generar un diagnóstico erróneo o ser adjudicado al envejecimiento.

Nutriente. La B12 es una vitamina esencial que juega papeles en todo el cuerpo. Es necesaria para el desarrollo y mantenimiento de un saludable sistema nervioso, la producción de ADN y la formación de glóbulos rojos.

Una severa deficiencia de B12 da como resultado anemia, lo cual puede ser detectado por un análisis común de sangre.

Sin embargo, una deficiencia de B12 pueden producir también debilidad muscular, fatiga, temblores, paso titubeante, incontinencia, baja presión arterial, depresión y otros desórdenes del humor, sumado a problemas cognitivos como mala memoria.

Los laboratorios difieren en lo que consideran "normal", pero la mayoría de las autoridades informan que puede hablarse de "deficiencia" cuando los niveles de B12 en adultos caen por debajo de 0,00025 microgramos por milímetro de suero sanguíneo.

Al igual que todas las vitaminas B, la B12 es soluble en agua, pero el organismo almacena B12 adicional en el hígado y otros tejidos. Incluso si las fuentes dietarias son insuficientes durante cierto tiempo, una deficiencia del suero podría no manifestarse durante años.

Las cantidades recomendadas de B12 varían: 2,4 microgramos diarios para personas de 14 años en adelante; 2,6 microgramos para mujeres embarazadas y 2,8 microgramos para mujeres en lactancia.

Salvo que haya circunstancias que incidan sobre la absorción de B12, estos niveles se obtienen con facilidad a partir de una dieta bien balanceada que contenga proteína animal.

En su forma natural, la B12 está presente en alimentos animales, sobre todo en el hígado. Entre otras buenas fuentes están algunas carnes rojas, pavo, pescado y mariscos. Cantidades menores de la vitamina están presentes en productos lácteos, huevos y pollo.

Riesgo. Algunos productos naturales son magros en contenido de B12 y la vitamina no se absorbe de ellos con facilidad. Muchas mujeres vegetarianas y veganas, así como los niños a los que ellas amamantan, deben consumir suplementos o cereales fortificados en el desayuno para obtener cantidades suficientes.

Ciertos organismos, como la bacteria "espirulina" y algunas algas, contienen una pseudo B12 que el organismo no puede aprovechar pero pueden aparecer en una prueba de sangre dando una falsa lectura de un nivel normal de B12.

En alimentos animales, la B12 se combina con proteína y debe ser liberada con el ácido estomacal y una enzima para ser absorbida. Por eso los usuarios crónicos de fármacos que suprimen este ácido o toman medicamentos para úlceras enfrentan el riesgo de padecer una deficiencia de B12.

Casi 30% de las personas de edad avanzada podrían carecer de suficiente ácido estomacal para absorber cantidades apropiadas de B12 de fuentes naturales, porque los niveles de acidez del estómago declinan con la edad.

Por lo tanto, es recomendable, después de los 50 años, consumir alimentos fortificados o suplementos diarios con 25 a 100 microgramos de esta vitamina .

Otras personas en riesgo de padecer una deficiencia de B12 son quienes consumen bebidas alcohólicas -el alcohol reduce la absorción- o han tenido cirugías de estómago. Algunos fármacos como el ácido aminosalicílico o los anticonvulsivantes también aumentan el riesgo.

Las Claves

Necesaria en todo el cuerpo

La vitamina B12 es un compuesto necesario para el desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso, la producción de ADN y también para la formación de glóbulos rojos.

Síntomas de deficiencia

Una severa deficiencia puede dar como resultado anemia, debilidad muscular, fatiga, temblores, paso titubeante, incontinencia, baja presión arterial, depresión y pérdida de memoria.

Inyecciones y pastillas

Si bien la mayoría de los médicos recomienda inyecciones para corregir una deficiencia de B12, tabletas sublinguales o parches dérmicos pueden dar resultado igualmente satisfactorios.

Consumirla

naturalmente Se encuentra de forma natural en algunas carnes rojas, en el pavo, el pescado y los mariscos. Cantidades menores de la vitamina están presentes en productos lácteos, huevos y pollo.

Después de los 50 años

La capacidad para absorber la vitamina se pierde con la edad, por lo cual a partir de los 50 años se recomienda especialmente consumir los alimentos que la contienen. El alcohol dificulta su absorción.