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Antes del fin de la primavera Washington podría revelar datos secretos del sistema antimisil que despliega en Europa y que tanto preocupa a Moscú. Sin embargo, algunos expertos advierten que podría tratarse de una trampa preelectoral del presidente Barack Obama, y que esta decisión no sería en ningún caso fructífera para Rusia.

La administración Obama está lista para suministrar datos sobre las capacidades técnicas del misil interceptor SM-3, la base del escudo antimisiles, cuyos componentes Washington instala en varios países europeos bajo la bandera de la OTAN, informó el periódico ruso 'Kommersant'.

Según este diario, el principal objetivo de este paso sería persuadir a Moscú para que coopere más en la esfera del escudo, cuya instalación Moscú considera alarmante, razón por la que exige a EE. UU. garantías jurídicas de que el sistema no va dirigido contra Rusia (algo que Washington se niega a hacer).

"Actualmente EE. UU. evalúa qué información puede ser entregada sobre las capacidades del escudo antimisiles que responda a nuestros intereses", dijo al diario la portavoz del Pentágono, la teniente coronel April Cunningham. Según ella, los datos "podrían ser prestados directamente, u obtenidos durante ensayos u otras formas de futura cooperación".

Aunque la portavoz no aclara qué datos en concreto van a facilitar, fuentes de Kommersant en el Congreso norteamericano están seguras de que se trata de las características técnicas del misil interceptor modernizado SM-3, objeto de preocupación en Rusia.

Estas mismas fuentes también pronostican que la información podría versar sobre la máxima velocidad que puede alcanzar el SM-3, algo que supuestamente permitirá a Moscú evaluar si los misiles estadounidenses son capaces de interceptar los misiles balísticos intercontinentales rusos. La preocupación de Moscú reside en el hecho de que si los interceptores norteamericanos poseen dicha capacidad, eso supondría una amenaza para Rusia, ya que podría privarla de su capacidad de defenderse.
Truco para atraer a Rusia a la cumbre de la OTAN

Muchos expertos creen que el paso de Washington podría ser un intento desesperado de persuadir a Moscú para que participe este mes de mayo en la cumbre OTAN-Rusia en Chicago, encuentro que muy probablemente no se llegue a realizar.

"Sin acuerdo sobre el escudo antimisiles es improbable la celebración de esta cita, desde nuestro punto de vista, si la defensa antimisiles siga igual que ahora", asegura Seguéi Riabkov, viceministro ruso de Exteriores. Con estas palabras el funcionario evocó una vez más el callejón donde se encuentran las negociaciones sobre el escudo, que Washington sigue desplegando mientras se niega a atender a las demandas rusas de garantizar que el sistema no amenaza a su seguridad nacional.

Se trata de un esfuerzo para "atraer a los representantes de Rusia" a la cumbre, conjetura el experto ruso Vladímir Kozin, miembro del grupo de trabajo para la cooperación con la OTAN en materia de defensa antimisil. Kozin en una entrevista a RT sostiene que "la legislación de EE. UU. le prohíbe compartir los secretos tecnológicos con países que no son cien por cien sus aliados políticos y militares", y Rusia no está en esta lista. Por eso el experto no cree que "le ofrezcan algo sustancial a Moscú en cuanto a defensa antimisil".

En este mismo sentido se expresan otros expertos de la industria militar que dudan que EE. UU. pueda ofrecer algo que permita superar el parón de las negociaciones sobre el escudo. Los analistas añaden que la propuesta podría también ser utilizada por Obama para ganar puntos ante sus rivales republicanos en la carrera presidencial. La prensa rusa sostiene que la presunta entrega de información secreta sobre el sistema estadounidense podría ser discutida ya a finales de marzo durante la visita a Rusia de la subsecretaria de estado de EE. UU., Rose Gottemoeller.