volcán
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Aunque las concentraciones de emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando, el calentamiento global está viviendo, sin embargo, una etapa de desaceleración. Los datos muestran que la temperatura del planeta ha aumentado progresivamente desde 1951 a razón de 0,12 º C por década; no obstante, desde 1998, el ritmo ha empezado a echar el freno, situándose en 0,05 ° C por década.

Pues bien, según los resultados de una investigación publicada recientemente en la revista Nature GeoScience, la actividad volcánica estaría detrás de este fenómeno. El climatólogo del Lawrence Livermore National (California) y co-autor de este estudio, Ben Santer, asegura que la progresiva desaceleración del calentamiento global desde el año 1998 "tiene varias causas" y "las erupciones volcánicas de principios del siglo XXI son una de ellas".

En realidad, este fenómeno se identificó por primera vez en el año 1991 después de la erupción del Monte Pinatubo en las Filipinas. Durante el año siguiente, aquella erupción provocó una bajada de la temperatura media en la superficie del planeta de 0,5 ° C, encontrando todo ello su explicación en los millones de partículas de ceniza y azufre que permanecen en suspensión en el aire durante varios meses tras cualquier erupción volcánica. Cuando dichas partículas se proyectan en la estratosfera, actúan como una especie de capa que refleja la luz solar impidiendo buena parte del paso del sol, causando así una caída temporal de las temperaturas.

Hasta ahora, los científicos pensaban que sólo las grandes erupciones tenían la capacidad de producir tales efectos. Sin embargo, el hallazgo que revela este estudio es que las erupciones consideradas "menores" también desempeñan un papel no menos relevante, tal y como confirma Mark Zelinka, integrante del equipo de investigación: "Recientemente descubrimos que los volcanes de tamaño mediano continuamente expulsaban altas dosis de partículas reflectantes en la estratosfera".

Asimismo, el estudio de este equipo estadounidense ha permitido establecer un vínculo entre 17 erupciones volcánicas que tuvieron lugar durante la década de 2000 (incluida la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull )y la bajada de la temperatura en la troposfera.

Usando modelos informáticos y pruebas estadísticas, este grupo de científicos ha podido determinar que las 17 erupciones han emitido aerosoles que han reducido las temperaturas globales en la troposfera, provocando un enfriamiento en esta capa de la atmósfera en contacto con la superficie de la Tierra y responsable de todos los fenómenos meteorológicos. En este sentido, Zelinka indica que "se observa una correlación estadísticamente significativa, no sólo con la temperatura, pero también con la luz reflejada".

Según este equipo de investigación, el impacto de las recientes erupciones es aún difícil de evaluar, si bien aventuran que la actividad volcánica pudo ser responsable de hasta un 15% de la diferencia de las temperaturas esperadas frente a las registradas en el periodo comprendido entre 1998 y 2012. En cualquier caso, los científicos del Lawrence Livermore National destacan que el freno en el calentamiento del global no puede atribuirse a un único factor, ya que la actividad de los océanos, los niveles de contaminación o la actividad solar, también han desempeñado un importante papel a la hora de bajar el termómetro del planeta.

Las conclusiones de esta investigación abren ahora la puerta a nuevas consideraciones para la predicción del clima del futuro, siendo la actividad volcánica un factor clave para calcular el aumento o reducción de la temperatura global y el desarrollo de mejores modelos climáticos.

El estudio completo se encuentra disponible en inglés en la revista Nature GeoScience de marzo