Imagen
© Desconocido
Muchos civiles que sobrevivieron al ataque del 11 de septiembre del 2001 contra World Trade Center en Estados Unidos aún sufren síntomas de estrés. Una encuesta a casi 3.700 personas que ese día escaparon de las Torres Gemelas revela que casi todos (el 96 por ciento) tuvieron por lo menos un síntoma de trastorno por estrés postraumático (TEPT) dos o tres años después.

Y el 15 por ciento de ellos obtuvo un resultado positivo para TEPT, una tasa cuatro veces superior a la que suele registrarse en la población general. El estudio, publicado en American Journal of Epidemiology, es el primero sobre la salud mental de los sobrevivientes del 11-S en el largo plazo.

Investigaciones previas se habían concentrado en la población general o los residentes cercanos al World Trade Center, según el autor principal, doctor Sandro Galea, de la Columbia University en Nueva York.

Eso es porque, al principio, los investigadores no podían hallar y estudiar a los sobrevivientes que ese día pudieron escapar de las torres. Pero funcionarios oficiales crearon un registro de salud que incluye una gran muestra de personas que habían estado en el World Trade Center durante los atentados.

Para Galea, los resultados ayudan a identificar a los sobrevivientes con especial riesgo de sufrir TEPT crónico. Y ese riesgo creció según la gravedad de la experiencia traumática vivida aquel 11 de septiembre. Las personas que habían escapado de los pisos superiores a la "zona de impacto" de los aviones tenían más riesgo de desarrollar TEPT que los que habían logrado abandonar los pisos inferiores.

Lo mismo se observó en aquellos que habían sido evacuadas más tarde o que escaparon de la nube de humo al colapsar las torres, o que habían sobrevivido con heridas o presenciado un "horror", como las víctimas que cayeron o saltaron al vacío.

Por ejemplo, el 16 por ciento de los sobrevivientes que habían presenciado alguno de esos horrores tenían TEPT "probable" dos o tres años más tarde, comparado con el 4 por ciento de los que no habían tenido semejantes experiencias.

Todo esto, para Galea, es importante para la planificación del manejo de desastres. "Nos dice, por ejemplo, que cualquier demora en la evacuación es importante", dijo, al destacar que los sobrevivientes que no habían sido evacuados después del primer ataque tenían relativamente más riesgo de desarrollar TEPT que el resto.

"También nos sugiere evacuar la zona rápidamente para que nadie siga presenciando más situaciones terribles", agregó. Pero el factor más importante de predicción de TEPT crónico no estuvo asociado con el desastre en sí, sino con el nivel de ingresos.

La mitad de los sobrevivientes con menor nivel de ingresos (menos de 25.000 dólares por año al momento del estudio) tenía TEPT probable, comparado con el 6 por ciento de los que ganaban por lo menos 100.000 dólares anuales.

"Habría muchas explicaciones, pero una es el acceso a los recursos", dijo Galea.

Los síntomas del TEPT incluyen los recuerdos de la experiencia traumática, las pesadillas recurrentes o los problemas para dormir, la irritabilidad, la sensación de culpa, depresión o "entumecimiento" emocional. El alcance total de los efectos psicológicos y físicos de los ataques contra el World Trade Center generó controversia recientemente.

Miles de bomberos, policías y otros especialistas que trabajaron en medio del polvo tóxico del Ground Zero desarrollaron problemas respiratorios, cáncer y otras enfermedades. Pero se desconoce cuántas de esos trastornos son por la exposición al polvo. El domingo, el presidente Barack Obama promulgó la ley de financiamiento de la atención médica a esos funcionarios y especialistas.