Un nuevo examen de un cráneo humano de hace 100.000 años encontrado hace 35 años en el norte de China ha revelado una formación del oído interno exclusiva de los neandertales. Este hallazgo plantea que los seres humanos modernos surgieron de un complejo laberinto de la biolología y la mezcla de pueblos.
neandertal
© INSTITUTE OF VERTEBRATE PALEONTOLOGY AND PALEOANT
"El descubrimiento pone en tela de juicio toda una serie de escenarios del Pleistoceno tardío de dispersiones de la población humana e interconexiones basadas en el rastreo de características anatómicas o genéticas aisladas en fósiles fragmentarios", explica el coautor del estudio, Erik Trinkaus, profesor de Antropología Física en la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos.

"Esto sugiere que las fases posteriores de la evolución humana eran más un laberinto de la biología y de los pueblos que las simples líneas que se sugieren en los mapas", agrega este experto.

El estudio, cuyos resultados se publican en'Proceedings of the National Academy of Sciences', se basa en recientes imágenes de microtomografía computerizada (micro-CT) que revelan la configuración interior de un hueso temporal en un cráneo humano fosilizado encontrado en 1970 en excavaciones en el sitio Xujiayao, en la Cuenca Nihewan de China.

"Estábamos completamente sorprendidos --reconoce Trinkaus--. Esperábamos que el análisis revelara un laberinto temporal que se pareciera mucho a un moderno humano, pero lo que vimos era claramente típico de un neandertal. Este descubrimiento pone en cuestión si esta disposición de los canales semicirculares es realmente única de los neandertales".

A menudo, en fósiles bien conservados del cráneo de mamíferos, los canales semicirculares son remanentes de un sistema de detección de líquido que ayuda a los humanos a mantener el equilibrio cuando cambian sus orientaciones espaciales, como al correr, agacharse o girar la cabeza de lado a lado.

Desde mediados de la década de 1990, cuando las primeras investigaciones con TAC confirmaron su existencia, la presencia de una disposición particular de los canales semicirculares en el laberinto temporal se considera suficiente para identificar de forma segura fragmentos de cráneos fosilizados como procedentes de un neandertal, pues este patrón está presente en casi todos los laberintos neandertales conocidos. Ha sido ampliamente utilizado como un marcador para diferenciar a los seres humanos de antes y los modernos.

El cráneo en el que se centró este estudio, conocido como 'Xujiayao 15', fue encontrado junto con una variedad de otros dientes humanos y fragmentos óseos, que parecían tener características típicas de una forma no neandertal temprana de humanos arcaicos finales. Trinkaus, que ha estudiado los fósiles de neandertales y los primeros humanos de todo el mundo, cree que este descubrimiento se suma a las confusas teorías que tratan de explicar los posibles orígenes del hombre, patrones de las migraciones y mestizajes.

Desorden evolutivo

Aunque es tentador utilizar el hallazgo de un laberinto en forma de neandertal en una muestra con otras cuestiones claramente "no neandertales", como evidencia de contacto de la población (el flujo de genes) entre neandertales de Eurasia central y occidental y los humanos arcaicos del este de China, Trinkaus y sus colegas argumentan que siguen sin estar claras implicaciones más amplias del descubrimiento en Xujiayao.

"El estudio de la evolución humana ha sido siempre desordenado y estos hallazgos simplemente hacen que todo esté más desordenado --señala Trinkaus--. Esto demuestra que las poblaciones humanas en el mundo real no actúan en bonitos patrones simples".

"Asia del Este y Europa Occidental son muy distantes y costó miles de años que se produjeran estos patrones de migración", afirma. "Este estudio muestra que no se puede confiar en una característica anatómica o una pieza de ADN como la base de supuestos sobre las migraciones de las especies de homínidos de un lugar a otro", concluye.