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Los investigadores han observado cómo el 20 por ciento de los pacientes con un mayor número de variantes de riesgo entre las once conocidas eran 2,5 veces más propensos a desarrollar la enfermedad.

Hasta hace pocos años se pensaba que los factores ambientales eran los únicos involucrados en la aparición del Parkinson, hasta que en 2007 se determinó que los "loci" -posiciones concretas en la secuencia genética- jugaban un papel importante en el desarrollo de ese trastorno.

Los investigadores han observado cómo el 20 por ciento de los pacientes con un mayor número de variantes de riesgo entre las once conocidas eran 2,5 veces más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson que aquellos incluidos en el 20 por ciento con el menor número de factores genéticos de riesgo.

Esos datos ponen de relieve nuevos genes en los que la medicina debe centrarse para el estudio del Parkinson, aunque advierten de que los perfiles de riesgo que han determinado todavía tienen que pasar por una mayor experimentación clínica, afirman.

En el estudio publicado en The Lancet han participado científicos del Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Francia, Holanda e Islandia, bajo la dirección de Andrew Singleton, del Instituto Nacional de la Edad en Bethesda (EUA) y Nick Wood, del Instituto de Neurociencia del University College de Londres.

Los científicos describen su descubrimiento como un punto de partida para futuras investigaciones sobre el desarrollo físico de este transtorno degenerativo.

La enfermedad de Parkinson es un mal crónico causado por una destrucción neuronal que desencadena alteraciones en la motricidad, en las funciones cognitivas y la expresión de las emociones.

"Este estudio aporta evidencias de que algunas variantes genéticas comunes desempeñan un papel importante en la aparición del Parkinson. Hemos confirmado un fuerte componente genético en la enfermedad, que hasta hace poco se consideraba causada por factores ambientales", señalan los investigadores.

El articulo concluye que "la identificación de nuevas variantes de riesgo, algunas de ellas comunes y otras que se dan con menos frecuencia, obligará probablemente a revisar las estimaciones que se hacían hasta la fecha sobre el componente genético implicado en el avance de la enfermedad".