Protestas Siria Jordania
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Las movilizaciones que el pasado 14 de enero provocaron la caída del presidente tunecino, El Abidine Ben Ali y que inspiraron la rebelión popular que jaquea a Hosni Mubarak en Egipto, siguen extendiéndose por el mundo árabe.

Las protestas que tienen lugar en Argelia (donde se convocó a una gran movilización para el 12 de febrero), Yemen, Mauritania y Líbano, se extendieron ahora a otros dos países: Jordania y Siria, vecinos de Israel. El rey Abdullah II de Jordania cambió al primer ministro, Samir Rifai, cuatro días después de que se realizara una masiva manifestación en pedido de reformas políticas. El monarca nombró a Maouf Bakhit. "Se formará un nuevo gobierno que guiará los esfuerzos para cumplir verdaderas reformas", indicó el comunicado difundido por el Palacio Real de Jordania. La designación de Bakhit tomó por sorpresa a la oposición, que desde hace tiempo pide cambios y en las últimas semanas organizó varias marchas.

En tanto, en Siria, grupos opositores al presidente, Bashad Al Asad, llamaron a protestar en las calles contra el Gobierno. El movimiento islámico democrático sirio está organizando un encuentro masivo que se celebraría ante el Parlamento de Damasco el próximo sábado. El ministro de Asuntos Religiosos, Abd al Satar al Sayyed, ordenó a los clérigos rechazar cualquier intento de la Hermandad Musulmana, prohibida en Siria, para reclutar miembros. Sin embargo, Al Asad (en el poder desde 2000 luego de heredar la presidencia de su padre) dijo en una entrevista al diario estadounidense The Wall Street Journal que las protestas abren "una nueva era en Medio Oriente".