Imagen
© EFE
Según el portal medisur.sld.cu, la diabetes gestacional, que afecta al 10 por ciento de las embarazadas, representa un riesgo para la salud futura de las madres, de manera que la mitad de las mujeres desarrolla el tipo 2 de la enfermedad algún tiempo después.

De acuerdo con los nuevos datos publicados por la revista Obstetrics and Gynecology, entre el 2 y 10 por ciento de las embarazadas padecen diabetes mellitus por primera vez durante la gestación, y aunque en la mayoría de los casos esta enfermedad desaparece tras el parto, la mitad de las mujeres que la padece desarrollan meses o años después la diabetes mellitus tipo 2.

Alrededor de un tercio de las mujeres que sufren de diabetes gestacional, según la misma fuente, no acude a su médico para someterse a un examen en los seis meses que siguen al parto. Este examen es el primer paso que deben emprender las madres que han padecido la enfermedad durante la gestación para prevenir el desarrollo en el futuro de la diabetes mellitus tipo 2, además de llevar una dieta sana y practicar ejercicio con regularidad.

Los expertos estiman que las madres no siguen con detenimiento el control de la enfermedad porque, tras el embarazo, están demasiado ocupadas y se preocupan más de sus hijos que de ellas mismas.

Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) recomiendan que las mujeres que han padecido diabetes gestacional, aunque esta desaparezca tras el parto, se sometan a una prueba en los primeros seis a doce meses, y la vuelvan a repetir cada año o cada tres, ya que la capacidad de su cuerpo para procesar la glucosa en la sangre está alterada para siempre. Por otra parte, la diabetes gestacional puede controlarse durante el embarazo con una alimentación adecuada y el ejercicio regular, aunque en algunas ocasiones las embarazadas tienen que recurrir a la insulina.

Si no se trata, el alto índice de glucosa en la sangre de la madre puede provocar que el feto crezca demasiado y llevar así a un parto prematuro. La diabetes gestacional no controlada puede incrementar el riesgo de que el bebé padezca obesidad en la infancia.