Hace dos días se repartieron las últimas direcciones IP que quedaban. En unos meses, las reservas de los operadores empezarán a agotarse. Y en un año, si no se ha empezado la transición a un nuevo protocolo, internet comenzará a estancarse. Aunque las grandes de internet, las administraciones públicas y telecos dicen estar preparadas, los expertos lo dudan.
El jueves, la IANA (la autoridad que controla las direcciones IP que identifican a cada máquina en la red) repartió los últimos cinco lotes a los registradores regionales. Al RIPE, que abarca Europa, Asia central y Oriente Medio, le tocaron unos 16 millones de direcciones IPv4; es decir, de la versión actual. Este organismo las redistribuye después a los operadores. Cuando estas se agoten (en el mejor de los casos, a comienzos de 2012), cada nueva página, cada nueva conexión a internet o cada móvil tendrá que usar la nueva numeración que provee el protocolo IPv6.
Este sistema permitirá a un usuario doméstico tener tantas direcciones como toda la internet actual. El responsable de ARIN, el registrador regional para la América anglosajona, John Curran, usó la siguiente metáfora para ilustrar el cambio de magnitud: "Si todo el espacio de IPv4 fuera como una pelota de golf, IPv6 tendría el tamaño del Sol", dijo a Reuters. Esta vez no se agotarán tan pronto. El sistema anterior fue ideado por el equipo de Vinton Cerf, uno de los padres de internet. Entonces, parecieron suficientes las casi 4.300 millones de combinaciones que permite IPv4. Eso fue en 1981, cuando apenas había unos miles de máquinas gestionadas por ingenieros.
Servicios en Japón
La cantidad tiene sus ventajas. "Habrá direcciones para todos y para todo", explica el director de preventa de NTT Europe, Álvaro Cabrera. La compañía, la principal telefónica de Japón, fue de las primeras en ensayar con el IPv6 y ya ofrece varios servicios comerciales sobre el nuevo protocolo. Asia, con la pujanza demográfica de China y de productos nipona, es un gran consumidor de direcciones IP. Pero, en los primeros años del sistema, el reparto de las direcciones que se hacía desde EEUU fue alocado e injusto. Muchas de las grandes empresas recibieron lotes enteros de números IPv4. La Universidad de Stanford, por ejemplo, tenía más que toda China. De hecho, sólo el 14% de aquellos 4.300 millones de direcciones están siendo usadas. El problema es que, por razones técnicas, recuperar las ociosas es muy complicado.
"La transición entre ambos protocolos no es muy costosa", explica Cabrera. El cambio del primer sistema, el IPv2 al IPv4 en 1981, se hizo en una sola noche [las versiones de los protocolos saltan de dos en dos]. Pero, en esta ocasión no se puede producir el apagón de un día para otro. Hoy hay miles de millones de máquinas en la red, entonces eran unos pocos miles. La solución por la que se ha optado es lo que llaman la doble pila. Un servidor web, por ejemplo, sirve su contenido en los dos protocolos. "Una red no se ve con la otra", aclara Cabrera. Esto hará que durante unos años ambos sistemas convivan.
Seguridad entre conexiones
Otra de las ventajas del nuevo sistema es la autoconfiguración. El protocolo está diseñado para que las máquinas se puedan conectar entre sí sin intervención de los operadores. Igual de importante es la seguridad. IPv6 permite la autenticación (saber que el destinatario del contenido es quien dice ser) y hay seguridad desde un extremo de la conexión al otro. Por último, está la movilidad IP. Este sistema permitirá, por ejemplo, iniciar una llamada en internet (voz sobre IP) y, si se sale de casa, continuarla por red móvil GSM sin perder la conexión.
Las grandes empresas de contenidos ya están preparadas. "Microsoft y todos sus productos ya llevan IPv6 nativo", dice Luis Miguel García Oliva, director de Estrategia y Plataforma de Microsoft Ibérica. Todo producto que, de alguna manera u otra, tenga conectividad, necesita ser compatible con el IPv6. Los programas P2P, como BitTorrent, son compatibles desde hace años. Google, Yahoo o Facebook ya tienen todo listo.
Sin embargo, las cifras dicen que un sistema que se instauró en 1999 para anticipar lo que está pasando ahora apenas se usa. Según el director de operaciones de Red. es, la entidad que gestiona los nombres de dominio españoles, Carlos Cano, "el tráfico IPv6 en España es prácticamente nulo". De hecho, aunque ya hay unas 300 grandes instituciones con soporte IPv6, sólo lo usan el 1,7%, según el Observatorio IPv6. "Las redes están desplegadas, pero no se utilizan", comenta Cano.
"El problema está en los operadores, no están preparados", asegura el director técnico de Consulintel, Jordi Palet. Este experto lleva predicando en el desierto más de diez años. A comienzos de la década organizó varias cumbres mundiales sobre IPv6 en Madrid y Barcelona. Ha asesorado a muchas empresas y Gobiernos en la transición, pero fuera de España. Y, sin embargo, su consultora ahora no deja de trabajar. "Es un problema que se han buscado ellos pero lo pagaremos nosotros", advierte.
Las operadoras, como Jazztel, están haciendo pruebas con IPv6. Ya reciben direcciones del nuevo protocolo cuando piden un lote de IPv4. Telefónica incluso hizo ensayos hace más de una década. "Y sin embargo no han hecho el trabajo", opina Palet. Aunque aducen el coste, este es, por cliente, de unos céntimos, según Consulintel. "Ahora habrá que formar en dos años a 20 millones de ingenieros", recuerda Palet.
De no hacerlo, puede que se frene la ola de creatividad que, auguran los expertos, traerá IPv6. "No habrá los problemas de gestión de las redes que hay hoy". Las direcciones IP, como granos de arena en el desierto, se pondrán en todo ser vivo, máquina o producto humano (ver apoyo). Sin IPv6, la anunciada internet de las cosas, donde las máquinas interactuan sin intervención humana, no será posible.
ClavesCoches, sensores de terremotos y vacas conectadasVacas con dirección IP
Japón es, con gran diferencia, el país que mas adelantado lleva el uso del protocolo IPv6. Esto le está permitiendo explorar posibilidades que en Europa parecen aún lejanas. Una de ellas, iniciada como experimento en 2002, es colocar sensores con una dirección IPv6 a las vacas. El ensayo, que se está llevando a cabo en varias granjas, pretende monitorear a la res y su carne durante todo su crecimiento y tratamiento posterior hasta que llega a los hogares para su consumo. La conectividad del animal con este protocolo no necesita de la intervención de técnicos: toda la comunicación se puede establecer con las máquinas.
Coches de lujo con red
Los coches actuales, en especial los de alta gama, pueden llevar hasta 30 dispositivos electrónicos. Algunos ya tienen conexión a internet para el entretenimiento de los ocupantes. Pero en el futuro se podrá controlar el estado del coche a distancia. Hoy, con tanto aparato y sensor, el vehículo necesitaría una especie de router en el interior, lo que encarece la idea. Pero, como ya está haciendo BMW en sus automóviles, IPv6 permitirá asignar direcciones a cada parte: control de estabilidad, dispositivos multimedia, cuadro de mandos, etc. Y después de BMW vendrás las otras marcas. Cada año salen de las factorías varias decenas de millones de coches. Con IPv4, sería imposible darles estas direcciones de usar y tirar, aunque las investigaciones comenzaron aplicando esta tecnología.
En caso de emergencia
En el caso de una catástrofe o un gran atentado, los servicios de emergencia llegan al lugar y se apelotonan. Como se demostró en Madrid el 11-M, la comunicación entre policía, bomberos, sanitarios o protección civil se convierte en algo clave. En EEUU, el proyecto MetroNet6 trabaja en un sistema basado en IPv6 que, gracias a la autoconfiguración que ofrece este protocolo, permitiría crear una red de comunicaciones 'ad hoc'. A medida que nuevas unidades llegan al lugar del siniestro, se añaden a la red de forma automática. También en EEUU, la Armada está aplicando direcciones IP a cada suministro. Esto le permite saber dónde va a hacer falta más munición o nuevas ruedas.
Sensores de terremotos
Desde hace años, la Agencia de Meteorología de Japón, en colaboración con la compañía de telecomunicaciones NTT, está desplegando una amplísima red de sensores por todo el país, incluida la costa, para levantar una red de alerta temprana de terremotos. Los miles de sensores llevan direcciones IPv6. El sistema centraliza cualquier atisbo de seísmo y, en cuestión de segundos, puede calcular el origen del temblor y la dirección que va a tomar. Diez o veinte segundos después de detectar esta amenaza, la agencia decide si debe lanzar una alerta a los ciudadanos en mutidifusión, también gracias al uso del protocolo IPv6. Los suscriptores de este servicio reciben el aviso con la intensidad y el tiempo aproximado que falta para que el terremoto llegue a su zona. El servicio fue lanzado en julio de 2007.
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