Cualquiera que sea el origen, todos los inmigrantes se encuentran en una situación de desarraigo en los países de acogida, donde incluso pueden enfrentarse a sociedades hostiles, barreras idiomáticas, cambios en el clima y por supuesto la lejanía de sus familias.

Todo ello suele acabar reflejándose en un empeoramiento general de su salud e incluso en casos más graves hay personas que llegan a sumirse en una depresión, que puede tener otras repercusiones (laborales, sociales, etc.).

El Síndrome del Inmigrante con Estrés Crónico y Múltiple, conocido como Síndrome de Ulises empieza a tener una prevalencia importante dentro del sistema de salud, además de un importante incremento en las consultas privadas.

Concienciados y familiarizados con la posibilidad de una Psicoterapia como alternativa y forma de ayuda para superar esta situación, son numerosos los inmigrantes que por iniciativa propia acuden a consultas con el fin de mejorar su calidad de vida y aprender a vivir en nuevos entornos conjugando un pasado que se encuentra a miles de kilómetros con un presente para el que no fueron preparados.

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