Imagen
© Desconocido
Las personas que toman bebidas gaseosas dietéticas tienen mayor riesgo de sufrir infartos y derrames cerebrales que quienes no lo hacen, según dos estudios divulgados ayer por la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami.

Los investigadores llegaron a esta conclusión preliminar, luego de analizar los hábitos de consumo de unas 2.564 personas de la región de Manhattan, en pleno centro neoyorquino. Allí, descubrieron que quienes dijeron consumir gaseosas dietéticas diariamente tenían 61% más riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares que quienes no la toman.

Esto se debe, principalmente, a la elevada proporción de sodio que tienen estas bebidas. En la comparación, los expertos señalan que una gaseosa azucarada tiene 10 miligramos de sodio, en promedio, mientras que una opción light reúne entre 28 y 39 miligramos. Los valores se vuelven más riesgosos si se tiene en cuenta que la dosis diaria recomendada para una persona nunca debe superar los 1.5 miligramos, y ser prácticamente nula en aquellos con antecedentes de hipertensión arterial.

"Si el resultado se confirma con estudios posteriores, quiere decir que las sodas dietéticas pueden no ser un sustituto óptimo para las bebidas azucaradas", reveló Hannah Gardener, la principal autora del estudio.

El mayor problema es que la mayoría de la gente cree que las gaseosas dietéticas son vistas como inofensivas para la salud y muchos incurren en excesivas ingestas, sin reparar en la cantidad de sodio acumulada en el cuerpo. El sodio, se sabe, está vinculado a un notorio aumento de isquemias cerebrales --interrupción del flujo sanguíneo al cerebro--, obstrucción de arterias coronarias por aumento de la presión sanguínea, retenciones excesivas de líquido que pueden derivar en problemas de hígado y riñones.

"El riesgo de accidentes cerebrales, además de la hipertensión, aumenta 16% cada 500 miligramos de sodio que se consumen por día", indicó el estudio, señalando que esto depende de variables como la edad, el sexo, el uso del alcohol o tabaco y los antecedentes familiares. Sus conclusiones fueron presentadas en la conferencia internacional anual de la American Stroke Association, reunida esta semana en la ciudad de Los Angeles.