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Hubo marchas en Túnez y Argelia; crece el temor a un efecto dominó

En medio de la creciente inquietud de los líderes de los países árabes, las manifestaciones se multiplicaron ayer en el norte de Africa y en Medio Oriente, en sintonía con la protesta que sacude Egipto desde hace tres semanas.

En la capital argelina se volvieron a registrar huelgas, saqueos y actos de autoinmolación en protesta contra el régimen, mientras Argel se prepara para convertirse mañana en el escenario de una gran manifestación opositora, que todo indica que se realizará a pesar de la prohibición del gobierno.

Los opositores piden reformas democráticas y un fin inmediato del régimen autoritario de Abdelaziz Bouteflika, de 73 años, en el poder desde 1999. Bouteflika prometió recientemente varios cambios, entre ellos poner fin al estado de excepción vigente desde hace 19 años. Varios rumores apuntaban ayer a que antes de la marcha opositora se podría legalizar a cuatro partidos prohibidos hasta ahora.

Un impresionante dispositivo policial, integrado por cerca de 30.000 agentes, se desplegará en Argel mañana. El diario Echuruk informó que las fuerzas, la mitad de ellas compuestas por unidades antidisturbios, han recibido instrucciones de evitar incidentes en la protesta, aunque se les ha prohibido utilizar fuego real contra los manifestantes.

En la manifestación del pasado 22 de enero, convocada por la opositora Reagrupación por la Cultura y la Democracia (RCD), centenares de manifestantes no pudieron llegar a Argel, al haber sido bloqueados en las rutas de acceso a la capital argelina.

En tanto, las protestas y los disturbios se intensificaron también ayer en Túnez, tras las recientes manifestaciones contra los gobernadores designados hace una semana. Un centenar de personas irrumpió en la sede policial de Sidi Thabet, en la periferia norte de la capital tunecina, al parecer "sin motivo alguno", según especificó una nota del Ministerio del Interior de Túnez.

En esa ocupación un policía fue herido, el edificio fue dañado y algunos documentos fueron destruidos. La intervención del ejército forzó a la fuga al grupo de personas, dos de las cuales fueron arrestadas. Esa sede policial ya había sido asaltada e incendiada en los primeros días de la rebelión popular en Túnez, que desembocó en la renuncia del dictador Ben Alí y que fue el puntapié inicial de la ola de protestas en el mundo árabe.

En este contexto, los servicios de inteligencia norteamericanos advirtieron ayer el efecto dominó que puede generar la revuelta de Egipto en otros países árabes.

El director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Leon Panetta, señaló que hay varios países en el mundo árabe que afrontan las mismas preocupaciones que Egipto sobre "la falta de libertades, de reformas políticas y de verdaderas elecciones libres y abiertas, estancamiento económico y el impacto que esto tiene en el desempleo, particularmente entre los jóvenes".

"Hay un número de países que podrían verse afectados de la misma manera" que en Egipto, dijo Panetta, e hizo alusión a Arabia Saudita, Siria y Jordania, entre otros países de la región.