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En Sudán del Sur han fallecido en diferentes contiendas bélicas entre los grupos rebeldes y gubernamentales unas 105 personas, en su mayoría civiles, según dijo el viernes un vocero militar, subrayando que la violencia es una amenaza que persiste en la región a pesar del exitoso referéndum secesionista.

Los representantes de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras advierten sobre un gran aflujo de heridos.

El miércoles 9 de febrero los insurgentes liderados por el general George Athor, exoficial superior del Ejército del sur que se rebeló contra el Gobierno regional después de las elecciones del año pasado, han atacado las poblaciones de Fangak y Dor en el estado del Alto Nilo. Según el coronel Philip Aguer los combates se prolongaron durante el jueves hasta que las tropas regionales retomaron las poblaciones.

Aguer comentó que 39 civiles murieron en los choques del miércoles y jueves, además de 24 soldados del sur y 42 efectivos de Athor.

El propio comandante rebelde explica sus acciones alegando que en abril del año pasado, como resultado de manipulaciones electorales, perdió su puesto de gobernador en la provincia de Jongley.

En la consulta que se celebró en enero de este año la mayoría de los ciudadanos de los territorios de Sudán del Sur se pronunciaron por la independencia de sus vecinos norteños.