Se trata de un robot totalmente automatizado creado por el inventor australiano Mark Pivac, fundador de la empresa Fastbrick Robótica.
"La gente ha estado apilando ladrillos desde hace casi 6.000 años, y desde la revolución industrial se ha tratado de automatizar el proceso de colocación de los mismos", dijo Pivac al Perth Now.
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El robot tiene una de pluma 28 metros de largo que está conectada al cuerpo principal. En el extremo de la misma hay una"mano" robótica que puede agarrar ladrillos, recogerlos y colocarlos secuencialmente.

Un diseño 3D asistido por computadora (CAD) se utiliza para determinar la forma de la casa o de la estructura requerida, y a partir del mismo el robot calcula entonces donde cada ladrillo debe ser posicionado. El mortero o adhesivo también es llevado a presión hacia la mano del brazo, la cual lo aplica sobre los ladrillos, por lo que no se requiere ningún elemento humano externo.

El robot además puede dejar espacios para el cableado y las tuberías, incluso detecta cuando es necesario recortar un ladrillo para lograr una forma específica. El proyecto, con diez años de desarrollo y cerca de 7 millones de dólares invertidos, es capaz de crear una casa en tan sólo dos días.

Hadrian podría trabajar por sí mismo las 24 horas del día, los 365 días del año, y representa un buen indicio de lo que quizás sea el futuro cercano de los sistemas de construcción eficientes y veloces. La máquina se comercializará inicialmente en Australia Occidental, antes de expandirse al resto del país y, en última instancia, en todo el mundo.

El creador del robot señaló que no tiene "nada en contra los albañiles", simplemente quiere mejorar el proceso con el que se construyen las casas. Dice además que su robot podría ayudar a atraer a los más jóvenes a la profesión.