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Tan obligado es que se investigue hasta el último resquicio en torno de los supuestos acuerdos evidenciados entre dos directivos de farmacéuticas para participar en una licitación -por más que las grabaciones sean anónimas e ilegales-, como igual de obligado es que la autoridad judicial averigüe el origen de dicho audio que alguien envió a una televisora con un evidente interés que ya rindió grandes resultados.

Siendo un asunto de presunta colusión, corresponde actuar a la Comisión Federal de Competencia, de Eduardo Pérez Motta. Pero esta autoridad no termina de pronunciarse abiertamente pese a que fue la primera en señalar este año las acciones de colusión entre farmacéuticas.

El punto es que la CFC depende de que el Seguro Social, de Daniel Karam, levante la denuncia de hechos ante la PGR para iniciar así una investigación conjunta. Pero flaco favor se hace el IMSS, con Daniel Karam y su equipo, al enviar un escueto comunicado el viernes donde deja el asunto en manos de la CFC.

Pareciera que la única instancia que trabaja es la de Pérez Motta, cuando aquí el Seguro Social es el que tiene la mayor obligación moral y política de demostrar que está haciendo todo por aclarar que no hay fuga de información privilegiada de esta institución. El IMSS debe demostrar que no favorece a instancias privadas, máxime en estos momentos en que sus aprietos financieros están poniendo en duda su viabilidad dentro de pocos años.

Y está por encima de todo llegar hasta el final en este caso, dejar claro que no hay corrupción en las licitaciones para compra de medicamentos, máxime si lo que licita el gobierno en este renglón equivale a unos 2,500 millones de dólares.

Quienes ya están aportando información son los de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). La gente de Miguel Ángel Toscano le ha entregado a la Secretaría de la Función Pública, de Salvador Vega, los datos de los registros autorizados a la farmacéutica suiza Novartis a lo largo del 2010 y, conforme nos informan, la Cofepris demostró a la dependencia que no hay ningún registro que haya salido "acelerado" por órdenes de Toscano en favor de Novartis como se especuló en la televisión. Los directivos de compliance de Novartis llegaron de Basilea, Suiza, desde el jueves, al día siguiente en que se televisaron las grabaciones y el viernes llegaron los de Compliance de Novartis Estados Unidos y los de Security.

Por otro lado, no pueden desecharse esas versiones de que recientes decisiones del regulador sanitario en favor de la salud pública afectan los intereses económicos de poderosas empresas y sus socios. La Cofepris este año está siendo más rigurosa en la autorización de nuevos productos, ha caminado en favor de la transparencia al otorgar registros sanitarios y hace unos meses ordenó el retiro del aire de una campaña publicitaria de Genomma Lab, la de los genéricos Primer Nivel, que fue calificada como engañosa por la propia industria de medicamentos.

También la Cofepris ha clausurado no sólo restaurantes y bares, sino también casinos propiedad de Televisa por violar la ley antitabaco.

Otro punto a tomar en cuenta es que la Cofepris recién inició una investigación penal contra el laboratorio Landsteiner Scientific, de Miguel Granados, acusado de falsificar un medicamento en sus estudios clínicos de bioequivalencia para solicitar un nuevo registro de genérico. Además, la Cofepris ha dicho que ya tiene listos los ajustes al reglamento de publicidad en materia de salud que no se actualiza desde hace 10 años y que evidentemente no es bien recibido por la principal televisora.

Carlos Abelleyra, quien está fuera de Stendhal y de la industria en tanto no demuestre su inocencia, ha dado la cara y tiene todo el derecho de defenderse, al igual que Rafael Castro, de Novartis. Pero entre los más interesados en que quede clara la situación de ambos, está la Canifarma, de Rafael Gual, y el mismísimo Consejo de Ética y Transparencia de la Industria Farmacéutica (Cetifarma), presidido por Benito Bucay, que ya debe estar haciendo su tarea. Y es que Abelleyra ha ocupado la Vicepresidencia del Cetifarma por varios años.

No sólo eso. Entre los laboratorios que el Cetifarma distinguió este año estuvo Stendhal. Es primordial que el Cetifarma aclare que no premió a un laboratorio que hace prácticas de colusión, porque si está cuestionado el premio para Stendhal también lo está el entregado a Liomont, Merck Sharp & Dohme y Schering Plough.