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El disidente iraquí que convenció a la Casa Blanca de la existencia de armas de destrucción masiva en poder de Irak, antes de la invasión a ese país por parte de Estados Unidos en 2003, admitió por primera vez haber mentido, se supo hoy.

Rafid Ahmed Alwan Al Janabi, apodado en código de inteligencia estadounidense y alemana como "Curveball", dijo que inventó la existencia de fábricas clandestinas para la puesta en marcha de una guerra bacteriológica con el fin de desacreditar al régimen de Saddam Hussein, del que huyó el 1995.

"Quizás hice bien (en mentir), quizás hice mal. Me dieron esta posibilidad de inventar algo que podría derribar al régimen. Estoy orgulloso de haber dado a Irak la posibilidad de una democracia", dijo en una entrevista con el periódico británico The Guardian.

La admisión en su falta a la verdad por parte de este "informante" coincide temporalmente con el octavo aniversario del discurso del entonces secretario de Estado estadounidense Colin Powell ante Naciones Unidos, donde afirmó que los dichos de un iraquí al servicio secreto alemán estaban entre las "pruebas" que indicaban la "necesidad" de atacar Irak.

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