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El Gobierno de Venezuela va a comenzar a aplicar la vacuna del virus de papiloma humano. Lo que me sorprende es la disparidad de criterios según sea el país pues lo que ahora ha comprado la Administración venezolana es lo mismo que hace dos años Japón dejó de recomendar.

En efecto, el Ministerio de Salud de Venezuela ha aprobado una generosa partida de dinero para comprar estas vacunas y aplicarlas a partir de marzo de 2016. No es una inmunización obligatoria pero como he comentado en varias ocasiones en Japón el Gobierno empleó tiempo y recursos en investigar las graves reacciones adversas que puede provocar y abrió un gran debate social con todos los actores para finalmente dejar de recomendar la vacuna del papiloma y que los médicos de la sanidad pública japonesa han de advertirlo a quienes la deseen.

Es más, en el país vecino de Venezuela, Colombia, ha muerto hace unas semanas otra chica de las que están enfermas tras vacunarse del papiloma. Una abogada de aquel país me comentaba que lleva contabilizadas al menos cuatro muertes relacionadas con esta vacuna. Son las consecuencias de un escándalo sanitario que se produjo en Colombia el verano pasado y que llevó a más de 700 chicas vacunas del papiloma a los hospitales de todo el país.

Los problemas con el uso del fármaco contra el papiloma comenzaron en 2009 en España con los primeros casos de graves reacciones adversas a la vacuna.

En España a finales de agosto del año pasado la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP) se reunió con representantes del Ministerio de Sanidad.

Estos llegaron a comprometerse a estudiar el estatus de víctima de la vacuna del papiloma para la jóvenes españolas afectadas (un año después ni contesta a la AAVP ante sus peticiones de la prometida "próxima reunión en breve").

Dicha asociación, con el aval del catedrático de Salud Pública Carlos Álvarez Dardet, está promoviendo una moratoria a la aplicación de esta vacuna en los calendarios de inmunizaciones. Dardet tiene claro que este fármaco no es necesario, ni efectivo ni seguro. El manifiesto lo han firmado más de 34.000 personas.

Las que narro no son anécdotas o excepciones a la regla, no. En Dinamarca las autoridades sanitarias han comenzado a analizar el enorme número de afectadas por la vacuna del papiloma. El problema según los médicos que atienden a las chicas es mucho mayor de lo que se pensaba. En Francia hace ya dos años que un Tribunal médico reconoció los daños que puede ofrecer el citado producto sanitario.

En el país galo también se produjo un debate sobre este asunto, en el que en concreto se apunta como posible causa de los daños a los adyuvantes de la vacuna, los potenciadores de la actividad inmune del medicamento.

Quizá por todo ello hace poco la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha iniciado una revisión de los datos de seguridad de estas vacunas, Cervarix y Gardasil. Quizá también por todo esto desde algunos espacios informativos de Venezuela llaman a su gobierno a hacer autocrítica sobre la decisión que han tomado.

Nada me gustaría más que estar confundido y que la vacuna del papiloma ayude a prevenir el cáncer de cuello de útero en el país caribeño, que es para lo que está aprobada su comercialización. Pero entiendo que los/las menores de Venezuela están hechos del mismo material que los colombianos, españoles, franceses y demás europeos o japoneses. No sé si se ha tenido esto en cuenta.