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El aumento en los precios de los alimentos amenaza a las poblaciones más débiles, pero no sólo de los países económicamente más débiles, sino también a las de las llamadas "economías emergentes", con China y la India a la cabeza.

La especulación en el precio de carne, leche, granos proviene, irónicamente, del ascenso de las clases medias de esas economías, que al adoptar un estilo de vida "más occidental", aumenta la demanda de los productos básicos, y con ello su precio. También influyen el aumento en el precio de los combustibles y la demanda de granos para la producción de biocombustibles.

Hay, además, una causa que, según los expertos, irá aumentando su marco de influencia en el precio de los alimentos, pues es un empuje negativo para su producción: el cambio climático.

A la cada vez más escasa producción de alimento debido a los cambios en la climatología, se suma la desaparición de "la moral económica" que, hasta hace algunas décadas, disponía políticas y estrategias para que los más pobres tuviesen acceso a la comida.

Hoy en día esas políticas de aprovisionamiento popular son vistas como innecesarias y redundantes: si algún alimento falta en una región, se adquiere en otra. Adquirida al precio que señala la demanda, sin que se estimule el acceso a ellos.

Con el recorte de programas sociales en todo el mundo y un aumento de 75 millones de desempleados, el 2011 no tendrá una crisis alimentaria como la del 2008, sino algo mucho peor... Eso sí: muchos especuladores serán más ricos y estarán bien nutridos.