No es el puente de Londres ni el mítico Kwai, pero la modesta estructura flotante construida por unos estudiantes de arquitectura en el barrio de la Chacarita, se ha convertido en un símbolo de solidaridad con los miles de personas que sufren las inundaciones del río Paraguay.

puente flotante asunción paraguay
© Desconocido
Hasta la fecha hay unos 100.000 evacuados por la crecida del río, que ha golpeado principalmente a los vecindarios de Asunción ubicados en sus márgenes fluviales, como el de Ricardo Brugada, conocida popularmente como la Chacarita.

La idea de Aqua Alta, un colectivo de estudiantes y profesores de arquitectura de dos universidades paraguayas, tampoco era emular ostentosas construcciones, sino remediar la situación de los vecinos de una parte de ese barrio, la que ha quedado aislada en medio de un mar de agua y barro.

Lo han conseguido ensamblando una cola de 90 metros a base de plataformas de madera y tablas sostenidas sobre tanques de plástico reciclable, una estructura de poco coste que no soluciona el drama que viven los evacuados, pero que ha impulsado la vía de la solidaridad entre tanta desolación.

En su edificación han colaborado estudiantes, docentes, vecinos y también la Iglesia católica y entes gubernamentales.
"Lo hicimos en unos cinco días entre grupos de voluntarios y vecinos del lugar. Habíamos hecho algo similar en otra inundación y la Pastoral Social nos pidió una solución para ese falta de comunicación", dijo a Efe Viviana Pozzoli, estudiante de arquitectura.
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En la Chacarita el río no solamente se ha tragado viviendas enteras y causado ese abandono vecinal, sino que ha originado embalses que han cortado las conexiones con las zonas donde están algunos de esos refugios.

Ahora, y gracias a la iniciativa de Aqua Alta, muchos chacariteños pueden continuar el diario y duro trajinar entre los puntos de un barrio que permanece con el agua al cuello.

Los propios miembros del colectivo admiten que su puente es una gota de agua en un océano, en este caso el que periódicamente forma el río Paraguay, cuya subida está relacionada este año con las precipitaciones arrojadas por el fenómeno El Niño.

Coinciden en que el puente, que carece de pasarelas, no va aportar grandes soluciones a gente como Fortuoso López, una albañil de 65 años cuya casa, ubicada junto a la empalizada flotante, está inundada hasta el tejado.

López vive ahora en una caseta de madera fina que ha montado sobre un promontorio cercano, desde el cual vigila el tejado de su vivienda.
"Es un parche, lo que hemos propuesto es algo tan simple como enseñar a la gente que ellos pueden hacer réplicas y ser protagonistas de la solución", señaló Pozzoli.
Ella argumenta que el puente se ha llevado a cabo desde la emergencia, cuando tendría que haber sido guiado desde la prevención.

Aboga por la rápida construcción de una franja de contención que rodee la Chacarita y los Bañados, los otros dos barrios devorados por las inundaciones, y con ello quede en el pasado el desbordamiento del Paraguay hacía esa áreas urbanas.

El dique de contención cuenta con el apoyo del nuevo intendente de Asunción, el experiodista Mario Ferreiro, quien asumió el cargo hace semana y media.

Sin embargo, y sin descuidar ese proyecto, Ferreiro instó esta semana a la solidaridad y a la colaboración entre todas la sociedad paraguaya para ayudar a los asuncenos que se han visto obligados a mudarse a los refugios.

Y para hacer ese llamamiento a la unidad, que catalogó de "cruzada nacional", Ferreiro eligió la parte de la Chacarita donde flota el puente nacido de la solidaridad de algunos asuncenos.