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El incendio, cuyo humo se podía ver desde Los Ángeles, arrancó el sábado en la tarde y el domingo apenas había sido dominado un 30%, según los bomberos. Más de 200 hectáreas de bosque y maleza se quemaron en esta zona montañosa. Dos casas fueron afectadas y un edificio comercial destruido.
Una gran parte de los 5.000 evacuados pudo volver a sus hogares el domingo antes de la madrugada, según las autoridades locales. Pero las temperaturas cercanas a los 30 grados y el viento amenazaron con expandir el incendio a Topanga Canyon, localidad al norte de Los Ángeles. Algunos habitantes seguían con orden de evacuación el domingo.
"El fuego está en la ladera de una montaña, no hay camino, nosotros intentamos llevar allí" los equipos, declaró John Tripp, uno de los responsables de bomberos del condado de Los Ángeles, en una conferencia de prensa temprano el domingo. "Anticipamos que si el sol y el calor aumentan (...) el incendio podría extenderse", añadió al subrayar que la vegetación muy seca por cuatro años de una sequía récord podía ayudar a que se propagara el fuego.
Tres incendios empezaron casi simultáneamente en la zona. El principal de ellos estuvo probablemente ligado a un accidente de carretera en el que un vehículo chocó contra un poste eléctrico, según las autoridades. La causa del tercer incendio era aún desconocida y era objeto de una investigación.
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