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Es un crucero a ninguna parte. La nave Mistral Express se encuentra en mitad del Mediterráneo sin terminar de definir su rumbo. A bordo viajan 1.800 pasajeros, según informa el Ministerio del Interior italiano.

El buque partió de Trípoli la pasada tarde con dirección a Marruecos, pero tenía previsto llegar esta noche a Sicilia para repostar combustible. Las autoridades trasalpinas le han denegado el permiso para entrar en aguas territoriales, aunque lleva bandera italiana.
El Gobierno ha emitido un comunicado en el que se prohíbe el atraque de la embarcación hasta que no se aclare quienes son sus pasajeros y comprobar que tienen la voluntad de seguir el trayecto hasta el puerto de destino.
Quieren evitar un desembarco masivo de indocumentados

Roma se teme que el atraque temporal suponga un desembarco masivo de indocumentados. Una embajada del Ministerio del Interior se ha puesto en contacto con las autoridades marroquíes ya que al parecer 1.700 de los 1.800 pasajeros son del reino alauí.

El resto serían de Libia, Argelia, Egipto, Túnez, Mali, Sudán, Siria y Mauritania. A la espera de lo que se decida tras esta reunión, el buque está navegando en aguas internacionales.

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