Antes de hablar de la Intención Paradójica debemos saber algunas cosas...
intención paradójica
Hoy en día sabemos, gracias a los estudios realizados a través de las nuevas técnicas de neuroimagen funcional, que la actividad de nuestro cerebro responde a la cualidad de nuestro diálogo interior. Esto quiere decir que a través de lo que nos decimos mentalmente, o pensamos, podemos repercutir en nuestra actividad cerebral. En definitiva que nuestro diálogo interno afecta a como nos sentimos, de forma directa.

Los estudios de neuroimagen, realizados con técnicas como la resonancia magnética funcional (RMF), la tomografía de emisión de positrones (TEP).... nos muestran que cuando pensamos de forma pesimista, la actividad emocional del cerebro se vuelve poco a poco coherente con el contenido de nuestros pensamientos. Incluso en condiciones de laboratorio, en un contexto neutro. O sea que si comenzamos a pensar negativamente sobre nosotros mismos, o sobre una situación concreta, comenzamos a producir cambios químicos a nivel cerebral, y empezaremos a sentirnos mal... tristes, temerosos, inseguros, etc. Pero si por el contrario, intentamos ser optimistas y tener pensamientos positivos, nuestro estado de ánimo puede mejorar.

Esto nos muestra la importancia que tiene lo que nos decimos a nosotros mismos. Sin embargo, y aunque esto parezca fácil de comprender, existen ciertos fenómenos más complejos que debemos conocer. Concretamente cuando se ven implicadas emociones relacionadas con la ansiedad y el miedo, las cosas se vuelven más complejas.

Porque por ejemplo, por lo dicho hasta ahora, podríamos pensar que si nos encontramos nerviosos o ansiosos, y mentalmente nos decimos que tenemos que tranquilizarnos y eliminar esta ansiedad, nos relajaríamos... pero esto no es así. El cerebro no responde a las órdenes de nuestro diálogo interior, sino que su actividad correlaciona con el tono emocional del mismo. Con estas emociones, y los estados fisiológicos relacionados con el miedo, se produce un fenómeno paradójico, al intentar evitarlas, de manera que cuanto más intentamos reprimir el miedo, la ansiedad o el nerviosismo, más aumentan. En realidad este fenómeno paradójico tiene mucho sentido, pongamos un ejemplo:

Si nos encontramos en una situación que nos produce un alto grado de estrés y ansiedad, como puede ser una exposición en público, irónicamente si pensamos en esforzarnos para reducirla, en contra de nuestras intenciones fomentaremos un aumento de dicha ansiedad, ya que nuestro objetivo de intentar evitarla no haría más que darle fuerza. Esto ocurre porque sentimos que estamos en un estado nocivo y negativo, y además al enfocar nuestra atención en este estado, e intentar evitarlo y no tener las herramientas adecuadas para hacerlo, tenemos la sensación de pérdida de control sobre nosotros mismos, y sin saberlo cuanto más nos esforzamos por evitar este miedo, o ansiedad, y más intentamos relajarnos, por el contrario más nerviosos nos ponemos.

Sin embargo, si en lugar de intentar reducir o controlar nuestra ansiedad, la asumimos como parte de nuestra experiencia y dejamos de juzgarla de forma negativa, podemos sentir cómo con el tiempo se reduce de forma natural, como si poco a poco nos habituásemos a ella. Al menos lo que es seguro es que si somos capaces de aceptarla, no iría a más. Este tipo de estrategias de aceptación se trabajan, entre otras, en técnicas como el Mindfulness, y son muy efectivas.


En psicología este fenómeno es conocido como «Intención Paradójica». Los principios teóricos del termino se basan originalmente en las técnicas de la Terapia Breve del psiquiatra Milton H. Erickson, y en la logoterapia de Victor Frankl. Este fenómeno nos dice que cuando se trata de sensaciones o emociones relacionadas con el miedo, el estrés o la ansiedad, los resultados obtenidos al intentar controlar la situación, son opuestos a los buscados por nuestra intención. Si queremos relajarnos nos pondremos más nerviosos. Pero además sucede algo muy curioso, pues si por el contrario, pretendemos incrementar intencionalmente nuestro miedo o ansiedad, paradójicamente lo que ocurre es que se reducen (al igual que al trabajar la aceptación), puesto que la situación deja de juzgarse de forma negativa, y gradualmente las emociones asociadas a estas valoraciones negativas pierden fuerza.

Intención Paradójica como técnica

La Intención Paradójica no es un tipo de terapia en sí misma, pero es una técnica muy efectiva, utilizada para liberar parte de la ansiedad y los nervios que las personas experimentan al enfrentarse a una situación a la que temen.

Consiste en cambiar nuestro diálogo interior en situaciones ansiógenas. Como ya hemos dicho, normalmente es un diálogo de evitación de la situación, y de los síntomas de estrés, miedo y ansiedad que nos produce dicha situación. Este diálogo se debe ver sustituido por un diálogo totalmente opuesto. O sea de búsqueda de la situación y sobre todo de los síntomas que nos preocupan.

Puede que sea algo complejo y difícil de entender al principio, pero en realidad es muy sencillo. Normalmente cuando una situación como una entrevista de trabajo, o una charla cara al público nos aterra, es porque tenemos miedo de los síntomas que solemos experimentar en estos contextos. Síntomas como: sudores, temblores, sensación de mareo, taquicardia.... Este temor nos lleva a intentar evitar por todos los medios estas situaciones. El fenómeno de la Intención Paradójica se basa en el principio de que estos síntomas aparecen y se intensifican precisamente cuando intentamos evitarlos. Sin embargo se reducen o incluso desaparecen si mentalmente intentamos generarlos o potenciarlos. En la práctica clínica es bastante común su uso, aunque suele utilizarse como herramienta complementaria, no como una terapia única. El empleo de esta técnica se ha mostrado efectivo tanto con adultos como con niños. Habitualmente se utiliza un diálogo interno en clave humorística.

Para comprender mejor este fenómeno y como suele emplearse, podemos utilizar un ejemplo. Imaginemos que un estudiante se pone muy nervioso cuando tiene que hacer un examen. Sus nervios son muy intensos, hasta el punto de que cuando tiene las preguntas delante se queda totalmente en blanco. Sus nervios aumentan a la vez que su bloqueo, y se vuelve incapaz de hacer el examen como el resto de sus compañeros. Esto le sucede porque cuando se pone nervioso intenta evitar este estado, pero el intento de evitación y por supuesto la falta de recursos para lograrlo, hacen que sus nervios aumenten.

Imaginemos ahora que después de ir al psicólogo, comienza a utilizar la técnica de la Intención Paradójica como un recurso integrado en su intervención. Pensemos que después de un entrenamiento utiliza esta técnica en clave humorística, diciéndose a sí mismo antes de un examen cosas como:

-"Ya verás..., voy a hacer el peor examen que el profesor haya visto en su vida..."

-"Espero que cuando lo lea se parta de la risa..."

-"Voy a intentar ponerme tan nervioso como pueda para que se me note lo máximo posible..."

Curiosamente cuando el estudiante mantiene este diálogo consigo mismo previamente al examen, y también durante el reparto del mismo, sus nervios no sobrepasan el límite de lo normal. Por el contrario consigue mantener unos nervios normales y adaptativos. Para la sorpresa del estudiante cuando comienza a leer las preguntas del examen, se da cuenta de que pueda hacerlo bien, y que no se encuentra bloqueado, lo cual le permite hacer el examen con normalidad, mejorando con creces su rendimiento anterior.

El fenómeno de la Intención Paradójica es muy curioso e interesante, y debemos aprender a tenerlo en cuenta. Ser conscientes de nuestro diálogo interior es una base fundamental, así como comprender como nuestros pensamientos afectan sobre nuestras emociones. Conocer este concepto puede ser un paso importante a la hora de mejorar nuestra inteligencia emocional.

Aquí te dejamos un vídeo en el cual el Dr. Mario Alonso Puig nos habla de la importancia de mantener conciencia y dominar nuestro dialogo interior: