El método del orden de la Japonesa Marie Kondo se ha convertido en un fenómeno mundial. La joven experta explica:
"Creemos que cuando almacenamos algo, estamos colocando cosas que no necesitamos en un armario o un cajón o un estantería, sin embargo, esto es una ilusión. A la larga los lugares en los que hemos almacenado lo que no queríamos estarán demasiado llenos y de nuevo aparecerá el caos".
Marie Kondo
© Wikipedia Commons
Marie afirma que la verdadera organización empieza por la eliminación, y la relaciona con una transformación que va más allá de lo físico:
"Al organizar tu espacio vital y transformarlo, el cambio es tan profundo que parece que habites en un lugar diferente."
Esta semana, Sònia Algueró, Directora Técnica del Instituto de Asistencia Psicológica y psiquiátrica Mensalus, comparte la esencia del Método de Marie Kondo y abre una reflexión sobre el "dejar ir".

¿Qué pone de manifiesto el Método konmari?

El pilar fundamental del método Konmari (un juego de palabras a partir del nombre de la creadora) se basa en desechar lo innecesario y conservar solo lo imprescindible que nos hace felices. Marie explica que, deshacernos físicamente de cosas que no deseamos, posteriormente, facilita el establecimiento de límites a aquello que no nos satisface.

Las personas acumulamos objetos sin plantearnos el sentido que tienen para nosotros en el momento actual. La mayoría, posiblemente, ejercieron su función en el pasado pero, ¿qué papel juegan ahora? Para esta exitosa autora desechar nos libera de carga y nos deja energía para el presente.

Existe un paralelismo entre nuestros pensamientos, comportamientos y emociones actuales y pasados. Tiempo atrás, muchos tuvieron una función en nuestras vidas que, a día de hoy, ha dejado de existir. Y no solo eso. Su presencia en el ahora nos descentra y genera confusión (entre aquello que pensamos-hacemos-sentimos) llegándonos a alejar de nuestra verdadera esencia.

¿Qué relación existe entre la organización física y la organización mental?

Organizarnos físicamente tiene un efecto directo en la organización mental y la planificación de objetivos. Focalizar la atención y la energía hacia una meta va de la mano de la liberación que comentábamos.

Así mismo, la autora japonesa explica que poner las cosas en orden también significa poner tu pasado en orden. Es algo así como reajustar la vida y "cerrar capítulos" para poder dar el siguiente paso. De hecho, si lo pensamos, cerrar cajas y cerrar etapas tiene mucho en común: en ambos casos apartamos de la vista aquello que nos estorba y roba espacio.

Dejar atrás etapas e integrar el sentido que para nosotros ha tenido, así como reconocer aquello que nos ha aportado y ya forma parte de nosotros, permite que avancemos hacia nuestro yo más esencial.

¿Cómo decidimos desechar?

El Método propone dejar a un lado el criterio del uso o la función, para adentrarnos en algo más profundo: "este objeto, ¿qué me hace sentir?".

De buenas a primeras no es una pregunta fácil de responder dado que es algo que habitualmente no nos planteamos. Probarlo resulta revelador, os invito a ello. Cuando nos cuestionamos si aquel objeto nos hace vibrar, cuando manifestamos la emoción que nos transmite, es entonces cuando pasamos a sentir para decidir en lugar de únicamente pensar. Esta información es la que valida o invalida la retirada del objeto.

Si finalmente elegimos desecharlo, un modo interesante de despedirnos es agradeciendo el servicio que ha ofrecido. Así, reduciremos la ansiedad que genera eliminar nuestras pertenencias.

Así pues, el primer paso es investigar y juntar todo lo que tengamos de la misma categoría (ropa, libros, papeles, etc.) para hacer la elección. Poder decir: "esto ya no lo quiero, ya ejerció su función, ahora no es lo que necesito" es un gran ejercicio dado que, su efecto, no finaliza ahí; tiene una repercusión en el resto de aspectos vitales.

A nivel psicológico, este proceso podemos reproducirlo focalizando la atención en nuestro yo más profundo. Es útil y revelador preguntarse si aquel pensamiento o comportamiento que nos planteamos desechar, nos hace sentir bien o, por el contrario, nos bloquea y no nos permite avanzar.

Así mismo, resulta especialmente interesante cuestionarnos si existe coherencia entre lo que pensamos o hacemos y lo que sentimos al pensarlo o hacerlo. De este modo, nuestras emociones nos guiarán hacia nuestras necesidades más genuinas.

¿Resulta fácil decir: «esto no lo quiero para mi vida»?

Muchas veces es más complicado de lo que parece. No estamos entrenados para dejar ir, todo lo contrario. Reeducar la mente en este sentido a través de elementos físicos, facilita el "soltar" aspectos de nuestra vida no deseados: una relación, una tarea, una práctica/hobby, un trabajo, etc. El peso de la obligación muchas veces ofusca la capacidad de autoescucha.

Dicho esto, se necesita coraje y determinación para poner límites y apartarnos de los miedos que nos paralizan y que nos distancian de nuestro yo esencial. Por este motivo os animo a responder: "¿Qué es lo que realmente quiero/necesito en este momento de mi vida?"

¿Qué les dirías a todas aquellas personas que están leyendo esta entrevista?

Introspectivamente hablando, acumular pensamientos y comportamientos anacrónicos nos lleva a un bloqueo de lo esencial, sumergiéndonos en la confusión y en el malestar.

El Método konmari vuelve a conectar con el sentido de las cosas que nos rodean y aproxima a la persona hacia un "click" que, hasta el momento, le resultaba costoso. Al final, el desenlace es muy sencillo: "Toma aquello que sí deseas y deja ir todo aquello que, ahora, ya no tiene un sentido para ti".