mitos del colesterol
Durante las últimas cuatro décadas, el gobierno de los Estados Unidos ha advertido que consumir alimentos con elevados niveles de colesterol, tales como los huevos, elevarían sus niveles de colesterol LDL (colesterol inadecuado, denominado colesterol "malo") y promovería las enfermedades cardíacas.

Desafortunadamente, las décadas de investigación han fracasado completamente en demostrar esta correlación, y finalmente, las Directrices Alimenticias de 2015 a 2020 para los habitantes en los Estados Unidos1,2,3,4,5 han abordado estas lagunas científicas, al anunciar que "el colesterol no es considerado un nutriente de preocupación en caso de que hubiera un consumo excesivo".6

Esta es una buena noticia, ya que el colesterol alimenticio desempeña un importante rol en la salud cerebral y formación de la memoria; y es indispensable para la producción de células, estrés y hormonas sexuales, así como para la vitamina D. (Cuando la luz solar hace contacto con la piel, el colesterol que se encuentra la piel se convierte en vitamina D).

Por desgracia, las directrices alimenticias aún se aferran a una falta de información obsoleta sobre las grasas saturadas, las cuales son erróneamente acusadas de elevar los niveles de LDL y contribuir a la aparición de enfermedades cardiacas.

En esa cuestión, la ciencia ha demostrado que las grasas saturadas solo aumentan la cantidad de las seguras y esponjosas partículas LDL. De igual manera, aumentan los niveles de HDL, el cual es beneficioso para su corazón.

Las directrices se volvieron muy confusas y lo siguen siendo, porque la premisa básica fue incorrecta. De hecho, las grasas alimenticias se han asociado con enfermedades cardíacas, pero los aceites vegetales procesados son los que están cargados de grasas trans, y grasas omega-6 oxidadas, las cuales son el problema, a diferencia de las grasas saturadas.

La introducción de aceites vegetales omega-6 industrializados, altamente procesados y frecuentemente calentados ha distorsionado la importante proporción omega-6 a omega-3, lo cual ha ocasionado catástrofes metabólicas.

El problema fue exacerbado aún más al sustituir a las grasas saturadas por carbohidratos refinados, que fueron incorrectamente considerados opciones más saludables, gracias a la desinformación creada y difundida por la industria azucarera.

Cómo afecta esto en el potencial de almacenamiento eléctrico de las células

Evidentemente, tanto la nutrición como la bioquímica son importantes para su salud, pero también lo es el sistema eléctrico. Si está sano, tendrá un voltaje de -25 miliamperios. Una de las formas en que nuestros cuerpos almacenan electrones para soportar este voltaje es a través de nuestra batería celular.

Todas nuestras membranas están hechas de grasas que son aislantes y están conectadas a través de un conductor. Este mecanismo configura un condensador biológico para almacenar electrones--pero solo si las grasas son saludables.

Si consume grasas dañadas, o peor, aceites calentados e hidrogenados, básicamente, los ácidos grasos que se encuentran en la membrana celular dejan de funcionar y no pueden almacenar el voltaje en el cuerpo, lo cual aumenta el riesgo de enfermedades. Esta es una de las muchas razones por las qué es tan vital consumir grasas saludables.

Las investigaciones sin publicar perjudican décadas de recomendaciones alimenticias

Ancel Keys fue uno de los investigadores nutricionales más destacados de mediados del siglo XX. Obtuvo una enorme prominencia e influencia profesional, y sus opiniones fueron ampliamente adoptadas por organizaciones profesionales y de salud pública.

Su investigación se convirtió en la base de todas las siguientes recomendaciones de alimentos con bajo contenido de grasas. Curiosamente, de hecho, algunas de sus propias investigaciones de seguimiento perjudicaron sus hipótesis sobre el colesterol y las grasas saturadas, pero estos descubrimientos nunca fueron publicados.

Si lo hubieran hecho, los mitos sobre el colesterol y los alimentos bajos en grasa nunca hubieran obtenido tanta fuerza. El estudio en cuestión, de cuatro décadas de duración, fue descubierto por el Dr. Christopher E. Ramsden, quien se especializa en profundizar y reevaluar en estudios perdidos que desafían las recomendaciones generales de salud.7,8,9,10,11,12,13,14,15,16

Se cree que, Keys, quien fue financiado en gran parte por la industria del azúcar, pudo haber sido el responsable de suprimir este estudio condenatorio, pues no apoya su hipótesis original.

Solo se publicaron algunas partes de los resultados del ensayo, lo cual hizo a un lado el polémico descubrimiento de que la sustitución de grasas saturadas por aceite vegetal no tenía ningún beneficio sobre la mortalidad. Según informó Scientific American:17
"Ramsden, de los Institutos Nacionales de Salud, descubrio inexorables datos de un estudio de 40 años de edad, lo que desafía el dogma de que comer grasas vegetales, en vez de grasas animales, es algo bueno para el corazón.

Este estudio, el experimento estándar de referencia más grande que analiza esa idea, encontró lo contrario...

Aunque el estudio es más que solo otra inclusión en las guerras de nutrición de larga duración--es más riguroso que la gran mayoría de las investigaciones sobre el tema--Ramsden no hace alguna afirmación de que esto resuelva la cuestión.

En vez de eso, dijo que, su descubrimiento y análisis de datos perdidos de mucho tiempo subrayan cómo la falta de publicación de los resultados de los ensayos clínicos podría socavar la verdad".
Las grasa saturadas son justificadas en el juicio más extenso y riguroso de su tipo

En el estudio,18 realizado de 1968 hasta 1973, participaron 9 423 personas entre las edades de 20 y 97 años, por lo que es considerado el mayor estudio de su tipo.

Además, los participantes eran residentes de hospitales psiquiátricos estatales y un hogar de retiro para personas de edad avanzada, lo que lo convirtió en uno de los estudios más rigurosamente detallados, ya que los alimentos de cada persona fueron cuidadosamente registrados.

En promedio, cada paciente fue monitoreado durante aproximadamente 15 meses. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de los dos grupos, al recibir:
  • Una alimentación estándar que contenía 18.5 % de grasas saturadas de origen animal, tales como la leche, queso, carne de res y manteca, y 5 % de grasas insaturadas, basadas en las calorías totales
  • Una alimentación en la que el 50 % de las grasas saturadas fueron reemplazadas con aceite vegetal (un elemento fundamental en los alimentos procesados actuales) y margarina de aceite de maíz (con un total de 9 % de grasas saturadas y 13 % de grasas insaturadas)
Después de analizar los datos, Ramsden y su equipo encontraron que los aceites vegetales disminuyeron los niveles de colesterol total en un promedio de 14 %, después de un año.

Sin embargo, estos niveles inferiores de colesterol no causaron una mejor salud y longevidad, que es la creencia convencional. En lugar de eso, la investigación demostró que ¡mientras más bajos sean los niveles de colesterol, más alto es el riesgo de morir!

Por cada 30 puntos menos de colesterol total hubo una probabilidad 22 % mayor de muerte. En la categoría de 65 años de edad y mayores, el grupo que recibió aceite vegetal experimentó aproximadamente una incidencia 15 % mayor de muerte, en comparación con el grupo de personas de edad avanzada que recibieron grasas saturadas.

Además, el aceite vegetal no redujo el número de casos de ataques cardíacos o aterosclerosis.

Por el contrario, las autopsias revelaron que ambos grupos tenían niveles similares de placa arterial, pero el 41 % del grupo que recibió el aceite vegetal presentó signos de al menos un ataque cardiaco, en comparación con solo el 22 % del grupo de las grasas saturadas. Según los autores:
"La evidencia disponible de ensayos controlados aleatorios demuestra que reemplazar las grasas saturadas en la alimentación por ácido linoleico, reduce efectivamente los niveles de colesterol sérico, pero no apoya la hipótesis de que esto produce menor riesgo de muerte por enfermedades coronarias o por todas las causas".
Por qué los aceites vegetales son tan dañinos para la salud

Más adelante, durante este año, publicaré mi entrevista con la Dra. Cate Shanahan, autora de "Deep Nutrition: Why Your Genes Need Traditional Food" (Una Profunda Nutrición: Por Qué Sus Genes Necesitan Alimentos Tradicionales),19 en la que se adentra en los profundos daños ocasionados por los aceites vegetales procesados en la alimentación moderna. Para obtener más información, manténgase al pendiente de esta entrevista.

Según Shanahan, el aceite vegetal es el peor enemigo de su cerebro, al atacarle en "siete puntos distintos de vulnerabilidad a través de utilizar siete estrategias distintas. Las siete estrategias trabajan para causar autismo y otros trastornos neurológicos infantiles". Esto incluye:
- Promover la inflamación intestinal y el intestino permeable. A menudo, esta inflamación causa acidez, lo que podría ser una señal de alerta. Desafortunadamente, muchos atribuyen erróneamente la acidez a los alimentos que son picantes, en vez del culpable más importante; es decir, los aceites vegetales.

- Interrumpir la regulación del flujo sanguíneo a través de las arterias cerebrales y agotar sus niveles de antioxidantes en su cerebro.

- Poner en su contra a su sistema inmunológico al afectar a sus glóbulos blancos (células del sistema inmunológico), lo que ocasionaría enfermedades y reacciones de degeneración de los nervios.

- Atacar la estructura celular de los nervios. Shanahan explica en su libro que "Los aceites vegetales causan una sobrecarga de reacciones oxidativas dentro de las células, lo que origina la acumulación de residuos intracelulares.

Cuando esto afecta a nuestra materia blanca, perdemos nuestra movilidad. Cuando afecta a nuestra materia gris, perdemos nuestra personalidad y nuestra conexión con la realidad".20

- Impedir el desarrollo cerebral a través de efectos mutagénicos en el ADN y la alteración de la expresión epigenética.

Otras razones por las cuales los aceites vegetales causan enfermedades cardiacas y otros problemas de salud, son los siguientes:

- Cuando las grasas poliinsaturadas omega-6 son consumidas en grandes cantidades, no pueden ser quemadas como combustible. En vez de ello, son incorporadas en sus membranas celulares y mitocondriales, donde son altamente susceptibles al daño oxidativo.

Como resultado, su maquinaria metabólica es perjudicada. Los aceites vegetales hechos de cultivos transgénicos ([GE, por sus siglas en inglés] como lo son la mayoría), presentan riesgos adicionales para la salud, ya que tienden a estar cargados con residuos de herbicidas tóxicos, tales como Roundup.

- Si bien, su cuerpo necesita poca cantidad de grasas omega-6, la mayoría de las personas obtienen demasiada cantidad, en comparación con las grasas omega-3, y esta desequilibrada proporción podría tener consecuencias adversas para la salud.

- Cuando los aceites vegetales son calentados, tienden a oxidarse. Según el Dr. Fred Kummerow,21 quien ha investigado los lípidos y las enfermedades cardiacas durante ocho décadas, el colesterol oxidado es el verdadero culpable de causar enfermedades cardiacas.
Al activar la inflamación, promueve la obstrucción arterial y los problemas cardiovasculares asociados, incluyendo los ataques cardíacos.

Muchos estudios han desacreditado el mito de las grasas saturadas

Asimismo, varios otros estudios han demostrado que sustituir las grasas saturadas por aceites vegetales es una mala idea.

Si bien, los beneficios de la mortalidad cardiovascular y una menor cantidad de factores de riesgo, han sido mixtos, ninguno de estos ensayos demostró que restringir las grasas saturadas redujera la incidencia total de mortalidad:

Los datos recuperados del estudio Sydney Diet Heart: En 2013, el equipo de Ramsden analizó cuatro ensayos que observaban los efectos de sustituir grasas saturadas por aceites vegetales.

Reemplazar las grasas saturadas por aceites vegetales con elevados niveles de ácido linoleico, incrementó el riesgo de mortalidad por todas las causas, incluyendo a las enfermedades coronarias y enfermedades cardiovasculares22

El Estudio de Oslo (1968): Un estudio en el que participaron 412 hombres, con edades que comprendían de 30 a 64 años, encontró que llevar una alimentación con bajos niveles de grasas saturadas y con elevados niveles de grasas poliinsaturadas no tenía ningún impacto en las tasas de muerte súbita.23

El Estudio L.A Veterans (1969): Un estudio en el que participaron 850 hombres de edad avanzada, que duró seis años, fue ampliamente utilizado para apoyar la hipótesis de la dieta-corazón.

No se encontraron diferencias significativas en las tasas de muerte súbita o ataques cardiacos entre los hombres que llevaron una alimentación a base de alimentos de origen animal, y los que llevaban una alimentación con altos niveles de aceites vegetales. Sin embargo, en el grupo que consumió aceites vegetales se observaron más muertes que no fueron causadas por problemas cardíacos, incluyendo el cáncer.24

El Ensayo London Soybean Oil (1968): Un estudio en el que participaron casi 400 hombres, que duro entre dos y siete años. No encontró diferencias en la tasa de infarto en el miocardio entre los hombres que llevaron una alimentación baja en grasas saturadas y alta en aceite de soya, y los que llevaron una alimentación normal.25

La prueba U.S Multiple Risk Factor Intervention (MRFIT): Esta prueba, que fue patrocinada por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, es otro estudio muy engañoso.

Esta investigación comparó las tasas de mortalidad y los hábitos alimenticios de más de 12 000 hombres, y el descubrimiento que se difundió ampliamente fue que las personas que llevaban una alimentación baja en grasas saturadas y colesterol, experimentaron una incidencia insignificantemente menor de enfermedades cardíacas coronarias. Sin embargo, su mortalidad por todas las causas fue mayor.26

Una redacción realizada en 2013, publicada en la revista British Medical Journal, describió que, en realidad, al evitar consumir grasas saturadas, promueve la mala salud en un sin número de formas. Según declaró el autor, el Dr. Aseem Malhotra, médico especialista en cardiología intervencionista, en el Hospital Universitario Croydon, de Londres:27
"Durante casi cuatro décadas, el mantra de que la grasa saturada debe ser eliminada para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares ha predominado en las recomendaciones y directrices. Sin embargo, la evidencia científica demuestra que paradójicamente, estas recomendaciones han incrementado nuestro riesgo cardiovascular...

El aspecto de las grasas saturadas alimenticias que se cree que tiene la mayor influencia en el riesgo cardiovascular, es la elevada concentración de colesterol de baja densidad de lipoproteínas (LDL, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, disminuir los niveles de colesterol LDL a través de disminuir el consumo de grasas saturadas, parece ser específico en cuanto a las grandes y flotantes partículas de LDL (tipo A); cuando en realidad las que están involucradas con las enfermedades vasculares, son las pequeñas y densas partículas (que responden al consumo de carbohidratos).

De hecho, los recientes estudios prospectivos de cohortes no han sustentado que exista alguna relación significativa entre el consumo de grasas saturadas y el riesgo cardiovascular. En vez de ello, se ha encontrado que las grasas saturadas son protectoras".
Un metaanálisis realizado en 2014 , y publicado en la revista Annals of Internal Medicine (que incluyó datos de 76 estudios y más de medio millón de personas) encontró que las personas que consumen mayores cantidades de grasa saturada no presentan una mayor incidencia de enfermedades cardíacas, en comparación con las que consumen menos.

Por otra parte, los que comieron mayores cantidades de grasas insaturadas, incluyendo el aceite de oliva (saludable) y el aceite de maíz (no saludable)—que son más recomendados que las grasas saturadas--no tuvieron una menor incidencia de enfermedades cardiacas.28

Un metaanálisis realizado en 2015 , y publicado en la revista British Medical Journal, también falló en encontrar la relación entre llevar una alimentación con elevados niveles de grasas saturadas y las enfermedades cardiacas.

Tampoco encontraron una asociación entre consumir grasas saturadas y otras enfermedades posiblemente mortales, tales como los derrames cerebrales o la diabetes tipo 2.29

En resumen, los aceites vegetales procesados industrialmente y altamente refinados no reducen el riesgo de morir por enfermedades cardiacas.

Dicho de otro modo, las grasas saturadas no aumentan el riesgo de morir por enfermedades cardiacas. Además, reducir los niveles de colesterol no necesariamente es una indicación de tener una mejor salud; en realidad podría aumentar su riesgo de muerte. Como señaló Ramsden: 30
"Uno esperaría que cuanto más disminuyan los niveles de colesterol, mejor será el resultado. Pero en este caso se descubrió lo contrario. Tener un mayor grado de niveles inferiores de colesterol estuvo relacionado con un mayor—en vez de un menor--riesgo de muerte".
Hay que reconsiderar el uso de estatinas


El mito del colesterol ha sido una bendición para la industria farmacéutica, ya que las estatinas reducen los niveles de colesterol--a menudo son prescritas como una principal forma de prevención contra ataques cardíacos y derrames cerebrales relacionados con tener elevados niveles de colesterol—y se han convertido en uno de los medicamentos más utilizados en el mercado.

En 2012, casi el 28 % de los adultos en los Estados Unidos que eran mayores de 40 años de edad, reportaron utilizar estatinas.31

Las directrices de tratamiento del colesterol actualizadas y emitidas por el Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) en 2013, provocaron que otros 9.3 millones de habitantes en los Estados Unidos, fueran candidatos elegibles para este medicamento.

Sin embargo, los investigadores han advertido repetidamente que la calculadora del riesgo cardiovascular32 utilizada podría sobreestimar el riesgo entre 75 y 150 %.33 Esto significa que aun a las personas sanas con bajo riesgo de problemas cardíacos han empezado a recibir recetas con estatinas.

Lo que es peor, las directrices también eliminaron la recomendación de utilizar las dosis más bajas posibles. En vez de ello, el único enfoque es tratar con estatinas, solo en dosis más altas. Además, las directrices ignoran la densidad de las lipoproteínas (LDL y HDL).

Las grandes y esponjosas partículas de LDL no son dañinas. Posiblemente, solo las pequeñas y densas partículas de LDL podrían causar problemas, ya que podrían atravesar el revestimiento de las arterias. Si se oxidan, podrían causar daño e inflamación.

Esto significa que posiblemente podría tener un nivel de LDL de 190, pero aun así tener un riesgo bajo, siempre y cuando sus LDL sean grandes, y su proporción HDL a colesterol total sea superior al 24 %. Como se mencionó anteriormente, las grasas saturadas no solo aumentan sus niveles de HDL, también aumentan la cantidad de sus grandes y esponjosas partículas de LDL, que es lo que debe procurar.

Dos principales directrices del colesterol difieren en sus recomendaciones

Ahora, los investigadores han revisado las directrices del colesterol, al señalar que hay diferencias significativas entre las dos principales directrices en los Estados Unidos.34

En 2016, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés) publicó sus propias directrices de tratamiento para el colesterol, las cuales sugieren que no se deben utilizar estatinas a menos que el paciente tenga al menos otro factor de riesgo (tal como presión arterial alta, diabetes o tabaquismo), además de tener un riesgo del 10 % en la calculadora del riesgo cardiovascular.

Bajo estas directrices, un estimado de 17.1 millones de habitantes en los Estados Unidos son candidatos a las estatinas, en comparación con los 26.4 millones cubiertos por las directrices del Colegio Americano de Cardiología/AHA. Las diferencias entre las dos directrices han causado un gran debate entre los expertos.

¿Cuáles son las mejores? Michael Pencina, profesor de bioestadística y bioinformática del Instituto Duke de Investigación Clínica y autor principal del estudio, dijo para CNN:35 "Por lo general, hay una confusión sobre a quién se le debería recetar estatinas. No creo que aún tengamos las directrices perfectas".

En mi opinión, el número que necesita ser atendido proporciona pistas convincentes sobre la inutilidad general de las estatinas. Según un análisis de USPSTF, publicado el año pasado:36
  • 100 personas necesitan tomar estatinas, como principal agente de prevención, durante cinco años, para que una o dos personas puedan evitar un ataque cardíaco, y realmente, ninguna de estas personas vivirá más tiempo
  • 250 personas necesitan tomar estatinas, hasta por seis años, para prevenir una sola muerte por cualquier causa
Un informe realizado en 2015,37 y publicado en la revista Expert Review of Clinical Pharmacology concluyó que "el engaño estadístico creó la apariencia de que las estatinas eran seguras y eficaces como principales agentes de prevención, y como agentes secundarios de prevención de enfermedades cardiovasculares".

Al utilizar el indicador de menor riesgo relativo, los beneficios triviales de las estatinas se amplifican. Si observa el riesgo absoluto, las estatinas benefician a solo un 1 % de la población. Como señaló USPSTF, este informe encontró que, de 100 personas tratadas con estos medicamentos, solo una persona tendrá un ataque cardíaco menos.

Las estatinas no reducen la mortalidad y podrían dañar seriamente su salud

Asimismo, otros estudios38 han encontrado que las estatinas no reducen la mortalidad cuando son utilizadas de forma preventiva--incluso en los grupos de riesgo. Esto sugiere ampliamente que, las estatinas proporcionan aún menos beneficios de los que ya están bajo el riesgo de enfermedad cardíaca.

De igual manera, las recientes investigaciones39 han confirmado que tener elevados niveles de colesterol no está relacionado con enfermedades cardiacas en las personas de edad avanzada, lo que hizo que los investigadores concluyeran que disminuir los niveles de colesterol con las estatinas es "una pérdida de tiempo".

De hecho, Stephanie Seneff, Ph.D., científica principal en el MIT, cree que las enfermedades cardíacas son un problema de deficiencia de colesterol, que básicamente es lo contrario del paradigma convencional.

Sin embargo, su hipótesis parece estar sustentada con estudios que demuestran que las personas que tienen niveles más altos de colesterol realmente viven más tiempo, en comparación con las personas que tienen niveles más bajos.

Aparte de ser una "pérdida de tiempo" y no tener ningún impacto para reducir la incidencia de mortalidad, las estatinas también conllevan una lista de más de 200 efectos secundarios y problemas clínicos, incluyendo:40,41
  • Mayor riesgo de diabetes (existen varios mecanismos para que ocurra esto, incluyendo tener una mayor resistencia a la insulina, y niveles elevados de azúcar en la sangre)
  • Enfermedad hepática aguda
  • Dolor muscular, sensibilidad o debilidad
  • Rabdomiolisis (un padecimiento que implica la muerte de las fibras musculares)
  • Insuficiencia renal aguda
  • Disfunción hepática crónica
  • Menor producción de cetonas.42 Estas son nutrientes de grasas hidrosolubles importantes para la salud de los tejidos.
  • También, son importantes moléculas de señalización molecular
  • Agotar sus niveles corporales de vitaminas, minerales y nutrientes esenciales, incluyendo a CoQ10 y la vitamina K2, los cuales son importantes para la salud cardiovascular y cardiaca.
  • Alteración de la fertilidad y menor deseo sexual.
  • Es importante destacar que las estatinas son unos medicamentos que pertenecen a la Categoría X, lo que significa que causan serios defectos de nacimiento, por lo que nunca deben ser utilizadas por una mujer embarazada o que planea un embarazo
  • Mayor riesgo de cáncer. El uso de estatinas a largo plazo (10 años o más) duplica más el riesgo de las mujeres de padecer dos principales tipos de cáncer de seno: carcinoma ductal invasivo y carcinoma lobular invasivo43
  • Nerve damage. Research has shown statin treatment lasting longer than two years causes "definite damage to peripheral nerves"44
  • Menor coordinación muscular y del sistema nervioso
  • Diarrea y/o estreñimiento
  • Mareo
  • Cefaleas
  • Toxicidad del sistema nervioso central
  • Dolor abdominal
  • Cataratas
  • Disfunción cardíaca45
  • Disfunción endocrina
  • Pérdida de la memoria
Comprensión de sus niveles de colesterol y evaluar su riesgo de enfermedades cardíacas

Como regla general, los medicamentos que reducen los niveles de colesterol no son necesarios ni prudentes para la mayoría de las personas--especialmente si tiene elevados niveles de colesterol y antecedentes familiares de longevidad. También, debe considerar que sus niveles generales de colesterol indican muy poco sobre su riesgo de enfermedades cardíacas.

Para obtener más información sobre el colesterol y lo que significan los diferentes niveles, vea la infografía anterior. En cuanto a la evaluación de su riesgo de enfermedades cardíacas, las siguientes pruebas le proporcionarán una imagen mucho más precisa de sus niveles de colesterol totales, o de sus niveles de LDL por sí solos:

Proporción de Colesterol total/HDL

El porcentaje de HDL es un factor muy importante en el riesgo de enfermedades cardiacas. Tan solo divida su nivel de HDL entre su nivel de colesterol total. Lo ideal, es que el porcentaje sea mayor a 24 %.

Índice de Triglicéridos/HDL

Podría hacer lo mismo con su índice de triglicéridos y HDL. Ese porcentaje debe ser menor a 2 %.

Lipoperfil NMR

Las partículas grandes de LDL no son dañinas. Posiblemente, solo las pequeñas y densas partículas de LDL podrían ser problemáticas, ya que logran llegar al revestimiento de sus arterias. Si se oxidan, podrían causar daño e inflamación.

Ahora, algunos grupos como la Asociación Nacional de Lípidos, empiezan a cambiar el enfoque hacia la cantidad de partículas LDL, en vez de los niveles de colesterol total y LDL, con el fin de evaluar más acertadamente su riesgo de enfermedades cardiacas.

Una vez que sabe que tanta cantidad de partículas tiene, podría desarrollar—junto con su médico--un programa más personalizado para ayudar a controlar su riesgo.

Nivel de Insulina en Ayunas

Cualquier alimento alto en carbohidratos, tal como la fructuosa y los granos refinados, aumentan rápidamente los niveles de glucosa en la sangre, y la insulina debe compensarlo.

La insulina liberada por consumir una excesiva cantidad de carbohidratos promueve la acumulación de grasas, y hace que sea más difícil que el cuerpo pueda eliminar el exceso de peso.

Tener un exceso de grasa, en especial, la que se encuentra alrededor de la cintura, es uno de los mayores agentes contribuyentes de las enfermedades cardiacas.

Nivel de Azúcar en la Sangre en Ayunas

Los estudios han demostrado que las personas que tienen niveles de 100 a 125 mg/dl de azúcar en la sangre en ayunas, tienen un riesgo de casi 300 % más elevado de desarrollar una enfermedad coronaria, en comparación con las personas que tienen un nivel inferior a 79 mg/dl.

Nivel de Hierro

El hierro podría ser un agente estresor oxidativo muy poderoso; así que si tiene excesivos niveles de hierro, esto podría dañar sus vasos sanguíneos e incrementar su riesgo de enfermedades cardiacas.

Lo ideal es monitorear sus niveles de ferritina y asegurarse de que no sean superiores a 80 ng/ml.

La forma más sencilla de disminuirlos es al donar sangre. Si eso no es posible, podría realizarse una flebotomía, lo que eliminará efectivamente el exceso de hierro de su cuerpo.

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Fuentes y Referencias