A falta de tan sólo unos días para que se cumpla la fecha límite para el debate en Estados Unidos sobre el presupuesto fiscal para el año 2011, el presidente, Barack Obama, advierte sobre una posible paralización de la administración si republicanos y demócratas no llegan a un acuerdo sobre la distribución de fondos.

El próximo viernes es la fecha límite para tomar una decisión definitiva, antes de que el problema lleve a un paro parcial de las actividades de la Casa Blanca.

Si finalmente se detiene la actividad administrativa, 800.000 empleados federales se verían afectados y se paralizaría, además, el proceso de devolución de impuestos.

Mientras los republicanos insisten en recortar algunos programas sociales para disminuir gastos, la Casa Blanca considera que estos recortes afectarían gravemente a la clase media y a las minorías del país.

Los expertos indican que tal convulsión económica repercutirá negativamente en la economía estadounidense. La suspensión de actividades gubernamentales en EE. UU. más reciente y más larga de las últimas décadas, que duró tres semanas - desde el 15 de diciembre de 1995 hasta el 6 de enero de 1996 - , inclinó la balanza a favor del entonces presidente, Bill Clinton.

Pero es obvio, según los expertos, que los cálculos políticos en situaciones de esta índole parecen cínicos y peligrosos para todos.

La paralización administrativa resultará en pérdidas monetarias que afectarán a todos los aspectos de la vida de los ciudadanos estadounidenses, desde museos y escuelas, hasta inspecciones fiscales y aeropuertos.

El actual presupuesto temporal vence el próximo 8 de abril.