¡No hay caso, hay algunos que no saben ganar así como tampoco son buenos perdedores!... Sí, ¿de quién más podríamos estar hablando?... de los Estados Unidos de América, la "Nación Indispensable".
bad looser
© Sott.netAlgunos no saben perder...
Cada vez que ganaron (y fueron muchas) dejaron un reguero de miseria y destrucción equiparable al que quedaba tras las incursiones de hordas de bárbaros en tiempos antiguos. Pero esto no es todo; las pocas veces que les ha tocado perder se han comportado como ratas despreciables tratando de causar tanto daño como les sea posible desde su posición de virtual inferioridad.

Y esto es lo que ha ocurrido en Siria, perdieron, se niegan a reconocerlo, y encima todavía pretender hacer algún tipo de daño.

Hoy día, nadie lo suficientemente bien informado puede negar que tras el auto-atentado del 11 de septiembre del 2001, EE.UU. ponía en marcha un plan de reconfiguración del planeta que incluía invadir varias naciones claves para fortalecer su posición como nación dominante, cercar a cualquier potencial rival, y dejarle vía libre a Israel para adueñarse de medio oriente.

Como consecuencia de este plan, Afganistán fue destruido, Irak reducido a ruinas, y Libia sumido en el caos y la miseria. El siguiente en la lista era Siria... pero afortunadamente las cosas no salieron como lo esperaban; un inesperado actor entró en escena y cambió por completo lo que parecía un destino sellado: RUSIA.

La invasión del país árabe comenzó en 2011, y para el año 2013 la ocupación por parte de las fuerzas estadounidenses era inminente. La excusa que Obama esgrimía para justificar el ingreso de las hordas tropas occidentales era que Siria poseía armas químicas (mmm... debe haber alguna falla en la Matrix, tengo un deja-vu). Justo en aquel momento, inesperadamente y sin haberse anunciado, apareció Rusia en escena y comenzó a consolidar su posición como mediador. Finalmente, por medio de una jugada maestra, Vladimir Putin y su equipo de diplomáticos lograron persuadir a Siria de que entregara sus armas químicas a cambio de que EE.UU. desistiera de sus intenciones de bombardear el país. Esta aparición evitó una guerra deseada por Washington.

Imagino que muy compungido, EE.UU. no tuvo más remedio que posponer la invasión. Esta fue la primera de una extensa lista de frustraciones y fracasos que la "Nación Indispensable" tendría afrontar a partir de entonces.

Arrastrando los pies con desgano y pateando latitas con furia, EE.UU. decidió estirar la primera fase del plan un poco más. Fue así que optó por fortalecer a Daesh (aka ISIS, aka Estado Islámico, aka terroristas moderados, aka oposición siria,... en fin, usted llámelos como quiera) y esperar una nueva oportunidad para poder bombardear al gobierno sirio y deponer a Assad... ¡Y esa oportunidad llegó pronto!

Como EE.UU. ya no podía afirmar tan fácilmente que Assad era una terrible amenaza porque ya no tenía armas químicas, la excusa pasó a ser detener la expansión del Daesh. Recuerdo risueñamente los titulares de los medios masivos en aquellos tiempos. Decir que eran exagerados no bastaría para hacer honor a los hechos. Para ser más gráfico, prácticamente nos sugerían a todos (donde sea que estuviéramos), que antes de ir a dormir miráramos debajo de la cama porque era posible que hubiera allí un terrorista de ISIS con un chaleco bomba dispuesto a volarnos por los aires mientras dormíamos plácidamente.

En septiembre de 2014 la histeria finalmente llegó a su climax y EE.UU. decidió pasar (otra vez) a la fase 2 de su plan: invadir Siria con sus tropas y la de sus socios europeos conformando una supuesta alianza anti-terrorista, y por fin poder sacar a Assad a bombazos. La idea era, una vez dentro de Siria y con la excusa de bombardear a Daesh, aniquilar las fuerzas del ejército sirio que estaban en desventaja luchando de verdad contra los terroristas, y luego posiblemente "ajusticiar" a Assad al estilo Gadafi.

Esta fue la etapa donde EE.UU. y su alianza nos intentaron convencer de que ingresaban a Siria para eliminar la peor amenaza que el mundo jamás había enfrentado, Daesh. Pero la realidad es que, aunque en teoría estuvieron durante un año "bombardeando" a los terroristas, éstos se hicieron más fuertes, más ricos, y se expandieron como nunca por el territorio sirio.

En fin, cuando todo indicaba que se repetiría la misma historia que en Libia, repentinamente... ¿quién apareció en escena?... Sí, adivinó, Rusia. ¡Otra vez esos malditos rusos entrometiéndose!...

Para hacérselo corto, Assad pidió ayuda formal a Rusia para combatir a Daesh, y el país eslavo no lo dudó ni un segundo, cargaron los cañones y con la anuencia del gobierno sirio se instalaron en el país árabe. De más está aclarar que Rusia cuando dijo que iba a bombardear a Daesh no era un eufemismo sobre financiamiento del terrorismo, ¡era de verdad!... Entonces Rusia entró, fue a buscar a Daesh a donde fuera que estuviera, llenó su trasero terrorista de explosivos autografiados por Putin, y con gracia y estilo los hizo volar por los aires (bueno, esta es la historia reducida y un tanto mitificada, en realidad hubo una labor extraordinaria combinando inteligencia y destreza militar, que llevaron finalmente a que, en términos formales, Daesh fuera destruido en poco más de dos años).

Y aquí estamos, con un gobierno sirio que logró mantenerse en pie gracias a la ayuda rusa, Daesh borrado prácticamente del mapa, y el 98% del territorio recuperado. Día tras día distintos grupúscolos residuales de terroristas se rinden y la paz está restableciéndose nuevamente. La amenaza terrorista ya casi no existe y el pueblo de Siria está afortunadamente volviendo lentamente a vivir una vida más normal tras años de sufrimiento provocado por la ambición de las potencias occidentales.

Hace apenas unos días terminó la octava ronda de diálogos de paz en Ginebra donde participaron entre otros el gobierno sirio y los opositores. El clima de diálogo va en aumento y la posibilidad de sacar a Assad por la fuerza casi desaparece. Incluso históricos actores de la región como Arabia Saudita, quienes apoyaron durante años a los terroristas, ya se muestran más proclives a sentarse en la mesa de negociación y aceptar una solución diplomática a crisis siria.

Rusia a decidido retirar sus tropas del país aunque astutamente acaba de aprobar un acuerdo para mantener en territorio sirio, con la venia de Assad, claro está, al menos dos bases navales (Tartus y Jmeimim) con potencial bélico para autodefensa.

¿Y qué hizo EE.UU.?... Bueno, lo más digno hubiera sido reconocer que Rusia fue de vital importancia para destruir al demonio terroristas (que por cierto ellos no pudieron - o no quisieron - eliminar), y retirarse de la escena levantando campamento en silencio y sin mirar atrás.

Pero no, la dignidad no es una opción para estos dementes ávidos de poder y control, así que la alianza liderada por Washington acaba de anunciar que se quedará. Usted se preguntará por qué, bueno, permítame explicárselo con las palabras de Eric Pahon, portavoz del Pentágono:
"Vamos a mantener nuestro compromiso sobre el terreno durante el tiempo que sea necesario para apoyar a nuestros socios e impedir el retorno de los grupos terroristas"
... que traducido al castellano significa:
"Vamos a quedarnos en Siria aunque estos malditos rusos arruinaron nuestros planes. Somos unos pésimos perdedores y no vamos a resignar tan fácilmente nuestra agenda de dominación de la región... Aparte, si lo hacemos, nuestros amos sionistas nunca nos lo perdonarían"
Para completar el cuadro de indignidad, en un acto de supremo "cucarachismo" (que es cuando uno se comporta como una asquerosa cucaracha), este "buen" hombre no se conformó con manifestar veladamente el enojo y la frustración de EE.UU., sino que, llevando su condición de pésimos perdedores a extremos inexplorados de desvergüenza, tuvo la osadía de afirmar:
"El régimen sirio y Rusia no han demostrado un enfoque serio o un compromiso para derrotar Daesh, realizaron sólo una pequeña parte de la operación contra Daesh. La mayor parte del territorio liberado en Irak y Siria fue reconquistado gracias a los esfuerzos de la coalición global y sus socios"
Todavía sin salir de su asombro (personalmente yo mismo todavía no terminé de digerir este patético intento de apropiarse del mérito de otros), el viceministro de Exteriores ruso, Mijaíl Bogdánov, calificó esta mañana de "inaceptables" los argumentos que EE.UU. esgrime para justificar la persistencia de sus tropas en Siria. En sus palabras Bogdánov afirmó que "nunca ha habido motivos de derecho y tampoco los hay de hecho tras la derrota de Daesh", es decir, EE.UU. nunca tuvo motivos justos para ingresar a Siria, y tampoco ha hecho nada en el terreno para cumplir con el supuesto objetivo que se había fijado, derrotar a Daesh.

¡En fin!... Este breve racconto, más que un novedoso relato de lo acontecido, es una gastada historia que desde SOTT.net hemos tratado de relatar decenas de veces con la esperanza de difundir lo que creemos es una versión mucho más apegada a la realidad que la que nos intentan vender desde los medios mainstream. Así que fiel a ese espíritu termino esta corta crónica poniendo énfasis en la misma idea esbozada al principio: los que son malos ganadores, suelen ser paupérrimos perdedores.