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Fuerzas de seguridad atacaron con balas y arrojaron gases lacrimógenos a los manifestantes que piden democracia. Ocurre apenas 24 horas después de levantar el estado de sitio que duró 48 años.

Las fuerzas de seguridad sirias reprimieron hoy varias protestas pro-democracia que pedían el derrocamiento del presidente Bashar el Asad. El saldo: al menos 15 personas muertas en distintos lugares de Siria, según indicaron testigos y militantes de los derechos humanos.

Al menos ocho personas murieron en Ezreh, en la provincia de Deraa (sur), epicentro del movimiento popular contra el régimen iniciado el 15 de marzo, precisaron. Una novena persona murió en Hirak, en la misma provincia.

Otras seis personas murieron en Duma, a 15 km al norte de Damasco, según las mismas fuentes. Además, decenas de personas resultaron igualmente heridas por los disparos de las fuerzas del orden que intentaban dispersar a los manifestantes.

Activistas también informaron de manifestaciones en las localidades orientales de Deir al Zor y Qamishli, a pesar de la decisión de Asad el jueves de levantar las leyes de emergencia, una demanda central durante las protestas que ya duran un mes.

Un testigo dijo a Reuters por teléfono que las fuerzas de seguridad dispararon gas lacrimógeno desde un puente elevado en Midan, un distrito en los exteriores de la muralla del Viejo Damasco.

"Había más de 2.000 manifestantes y ahora cientos se han reagrupado", dijo el testigo. Los gritos de "la gente quiere el derrocamiento del régimen", el lema de los levantamientos árabes desde Túnez a Yemen, podrían escucharse de fondo.

Más de 220 manifestantes han muerto desde que comenzaron las protestas el 18 de marzo en Derá, según activistas a favor de los derechos humanos, entre ellos 21 que fallecieron esta semana en la ciudad central de Homs.

Antes de las oraciones semanales del viernes, que a menudo han sido el inicio de las principales manifestaciones, el Ejército se desplegó en Homs y la policía estableció puntos de control en Damasco.