Imagen
© Desconocido
El Gobierno de Libia comenzó a distribuir armas a la población en previsión de una invasión de la OTAN, aseguró hoy un portavoz que desmintió reportes sobre la toma de una ciudad occidental por los rebeldes.

Según el vocero gubernamental, Moussa Ibrahim, "muchas ciudades se están organizando en escuadrones para repeler cualquier posible ataque terrestre" de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), luego de los limitados progresos con los bombardeos aéreos.

"Si la OTAN viene a Misratah o a cualquier ciudad de Libia, desencadenaremos un infierno sobre sus hombres. Seremos una bola de fuego y haremos que sea 10 veces peor que Iraq", vaticinó Ibrahim a periodistas al aclarar que la idea es aniquilar al invasor foráneo.

Recalcó que "estamos armando a la población" entregándole rifles y armas ligeras, pero precisó que "no para que luche contra los rebeldes", sino contra los militares de la alianza atlántica.

Luego que Gran Bretaña confirmó el envío de 10 instructores militares a Benghazi, principal bastión de la insurgencia en el este de Libia, Francia e Italia siguieron ese paso, y anunciaron que ayudarán a los alzados a organizarse y usar equipos de comunicaciones.

Después de semanas de estancamiento en el conflicto bélico, que se mantuvo concentrado en Ajdabiya y Brega, en el oriente, y en Misratah, en el oeste, el Gobierno de Muamar El Gadafi se pronunció hoy por una salida política y el cese de los bombardeos de la OTAN.

El canciller libio, Abdelati Al-Obeidi, señaló que si cesan las agresiones, podría realizarse elecciones en un período de seis meses y discutirse, incluso, el futuro de El Gadafi, mientras un hijo del líder afirmó que está lista una nueva Constitución para una etapa posbélica.

No obstante, el vocero del Gobierno indicó que controlan el 80 por ciento de Misratah, escenario en los últimos días de los combates más cruentos y letales, y dijo que allí no hay un problema en cuanto a "balance de poder" porque todas las tribus están con El Gadafi.

Los opositores armados tienen dominio del puerto y de un área cercana, según Ibrahim, mientras otras fuentes reportaron que esa urbe, la tercera de Libia, sigue bajo intenso fuego de ambos contendientes, con saldo de entre 50 y 60 heridos por día, la mayoría civiles.

Al respecto, las autoridades de Trípoli lamentaron la muerte de dos periodistas extranjeros y prometieron investigar lo ocurrido, aunque aclararon que "esto es una guerra y muere gente de los dos bandos".

Los leales a El Gadafi acusaron a la OTAN de bombardear zonas civiles y militares de esta capital, y la agencia estatal JANA reportó 11 personas muertas y 18 heridas por ataques aéreos contra dos ciudades al sur de Trípoli.

La alianza atlántica, por su lado, negó que provocara bajas civiles y admitió incursiones contra un búnker en la región de Jelat Al Ferjan.

Ibrahim, además, desmintió que una docena de oficiales y soldados libios, incluido un general, hayan desertado del Ejército luego de la supuesta toma por los rebeldes de una ciudad en la frontera con Túnez.