La organización humanitaria Médicos sin Fronteras denunció ayer que cada día mueren en el mundo más de 35.000 personas por falta de acceso a medicamentos existentes en los países llamados ricos, y lamentó que las compañías farmacéuticas pasan por alto las necesidades de los pacientes de países en vías de desarrollo porque las enfermedades que padecen "no son rentables". El capitalismo tiene sus reglas de oro, esa es una de ellas, un negocio que no obtenga beneficios, no se hace. Y ni la salud ni la educación son una excepción.
salud capitalismo
© Internet
Por ello, MSF reclamó en rueda de prensa a los Gobiernos que se reunirán el lunes en la Asamblea Mundial de la Salud que examinen la forma en que se prioriza y financia la investigación y desarrollo en materia de salud.

En este sentido, respaldó la resolución "histórica" presentada por Kenia y Brasil, en la que se propone la creación de grupos de trabajo para lograr un "marco global sobre I+D esencial en salud". Esta iniciativa obligaría a los Gobiernos a financiar públicamente y a través de alianzas público-privadas las necesidades prioritarias de los países más pobres, y se podrían producir nuevos fármacos para las llamadas enfermedades "olvidadas".

Según esta organización, las enfermedades olvidadas afectan sobre todo a los países en desarrollo y comercialmente "no representan un mercado viable para las compañías farmacéuticas". Sólo el uno por ciento de los medicamentos que han salido al mercado en las últimas tres décadas van dirigidos a tratar enfermedades olvidadas, como la enfermedad del sueño, el kala azar, el dengue o la tuberculosis.

Además, el 90 por ciento del dinero que se gasta en investigación de salud se invierte en problemas de salud que afectan a menos del 10 por ciento de la población mundial.

El responsable de comunicación de MSF, Javier Sancho, explicó que el objetivo de la resolución es "no dejar la I+D en manos de compañías farmacéuticas privadas exclusivamente".

En este sentido, la portavoz de la campaña de acceso a medicamentos esenciales, Carmen Pérez, destacó el impulso dado en los últimos años a las PDP, consorcios públicos y privados que tienen como objetivo desarrollar nuevos medicamentos, pruebas diagnósticas y vacunas para enfermedades olvidadas. Se estima que en el próximo lustro podrían sacar al mercado cerca de una decena de medicamentos.

Pérez lamentó que sólo el 18 por ciento de su financiación procede de los gobiernos y el resto, de organizaciones filantrópicas.

Reticencias

Sancho destacó que existen reticencias por parte de algunos países para sacar adelante esta resolución, así como por parte del propio Secretariado de la OMS, que trata de "frenar" su aprobación. En el caso del Gobierno español, la responsable de relaciones institucionales de MSF, Consuelo López Zúñiga, dijo que la posición es "bastante incierta" y que a día de hoy no ha habido respuesta a la solicitud de apoyo que le realizó Médicos sin Fronteras para la citada resolución. Por ello, instó al Ejecutivo español a apoyar esta iniciativa en línea con la política de cooperación impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Finalmente, MSF destacó que algunos ejemplos recientes han demostrado "hasta qué punto la voluntad política puede asegurar la asignación de recursos para investigar y desarrollar medicamentos".

En concreto, se refirió al brote de SARS, la falsa alarma por el ántrax en Estados Unidos o la reciente amenaza de la gripe aviaria, "una urgencia que desafortunadamente desaparece cuando se trata de enfermedades de pacientes pobres de países en vías de desarrollo".