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El líder libio se negó a ceder el poder pero aseguró que está dispuesto a negociar con la OTAN el fin de los bombardeos.

El líder libio, Muamar Gadafi, aseguró que está dispuesto a negociar un alto al fuego con la OTAN siempre y cuando las potencias occidentales "detengan sus aviones". Por otra parte, se negó a ceder el poder, tal como exigen los insurgentes.

Semanas de ataques aéreos occidentales no han logrado apartar del poder al líder libio, pero en cambio han estancado una guerra que Gadafi parecía tener ganada y han mantenido contenidas a sus tropas en el oeste y en la ciudad de Misrata, el único bastión rebelde del oeste del país.

Dado que ningún bando ha logrado aparentemente ventaja, Gadafi adoptó un tono conciliador en un discurso televisivo de 80 minutos dirigido al país en las primeras horas del sábado.

"(Libia) está lista para un alto el fuego", dijo Gadafi, hablando desde detrás de un escritorio, rodeado de montones de papeles con lo que parecían ser notas escritas a mano.

"Fuimos los primeros en dar la bienvenida a un alto el fuego y fuimos los primeros en aceptar un alto el fuego (...) pero el ataque de los cruzados de la OTAN no se ha detenido", declaró. "La puerta de la paz está abierta", agregó.

Gadafi negó que hubiera lanzado ataques contra civiles y desafió a la OTAN a demostrar que 1.000 personas hubieran muerto en el conflicto.

"Nosotros no les atacamos ni cruzamos el mar (...) ¿por qué nos atacan ellos?", se preguntó Gadafi, refiriéndose a los países europeos involucrados en los ataques aéreos. "Permítannos negociar con ustedes, los países que nos atacan. Permítannos negociar", agregó.

Pero mientras pronunciaba su discurso, aviones de guerra de la OTAN atacaron tres blancos cercanos a un edificio de televisión en Trípoli, en lo que medios estatales dijeron que fue un nuevo intento de matar a Gadafi, que ha gobernado Libia durante 41 años.

Los ataques aéreos dejaron un gran cráter a las puertas de la oficina del fiscal general, pero no dañaron el edificio e impactaron otros dos edificios de la era colonial. No estaba inmediatamente claro si hubo alguna víctima.

"Yo no me iré"

Las ofertas previas de alto el fuego han sido rechazadas por la OTAN dado que las fuerzas del Gobierno de Libia siguieron combatiendo, algo que parecía ir a repetirse, ya que Gadafi indicó que quería que ambas partes dejasen de combatir de una vez: "Un cese del fuego no puede ser sólo de un bando".

Sin embargo, lo más importante es que el líder libio se negó a dejar el país o a renunciar al cargo, como piden los rebeldes, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que están liderando la campaña aérea de la OTAN.

"Yo no me iré de mi país", dijo Gadafi. "Nadie puede obligarme a dejar mi país y nadie puede decirme que no luche por mi país", agregó.

Las fuerzas de Gadafi no dieron muestras de dejar los combates, y afirmaron que habían capturado el puerto de la ciudad de Misrata el viernes, el último gran bastión rebelde en el oeste de Libia, pero la OTAN dijo que no hay pruebas de ello.

El Gobierno de Libia ha amenazado con atacar cualquier barco que se acerque a Misrata, lo que potencialmente privaría a los insurgentes de una línea vital con el este del país, corazón de la insurgencia.

La OTAN dijo que las fuerzas de Gadafi habían enterrado minas antipersonas en las cercanías del puerto, lo que obligó a que se hayan detenido de forma temporal los envíos de cargamentos de ayuda humanitaria.

"Las fuerzas de la OTAN están respondiendo activamente a la amenaza de las minas para garantizar que continúe el flujo de ayuda", dijo la alianza.

Más al oeste, la guerra se extendió a Túnez cuando las fuerzas de Gadafi se hicieron con el control de un enclave rebelde en la frontera. El Ejército libio bombardeó el pueblo fronterizo de Dehiba, dañando edificios e hiriendo al menos a una persona, dijeron testigos.