El Gobierno central se coordina con la Generalitat de Ximo Puig para que el puerto de Valencia reciba al barco con los migrantes "abandonados a su suerte en el Mediterráneo" y vetados por Italia.
Foto de archivo el barco
© EFEFoto de archivo el barco "Aquarius" de la ONG francesa SOS Méditerranée.
El Gobierno de Pedro Sánchez quiere demostrar que es radicalmente distinto al de Mariano Rajoy en otro terreno. En el de la sensibilidad hacia las crisis humanitarias y el trato a los refugiados. Y así buscó probarlo este lunes: el presidente, según informó La Moncloa en un comunicado, ha dado ya "instrucciones para que España cumpla con los compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias" y ha anunciado que "acogerá en un puerto español al barco 'Aquarius", en el que se encuentran 629 inmigrantes "abandonados a su suerte en el Mediterráneo".

El Ejecutivo, en su nota, subraya que es "obligación" de España evitar una "catástrofe" humanitaria y ofrecer "un puerto seguro" a estas personas, "cumpliendo de esta manera con las obligaciones del Derecho Internacional". Sánchez ya eligió incluso destino del barco: el puerto de Valencia, "previa coordinación con la Generalitat valenciana", que dirige el socialista Ximo Puig.

De hecho, fue el propio 'president' quien informó a los medios, antes de un almuerzo este lunes organizado por el Club Siglo XXI en Madrid, de que había dado "autorización" a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, para que el puerto de Valencia acoja el barco de refugiados del 'Aquarius', cuya entrada en Italia había sido vetada. Puig lamentó que la embarcación estuviera "abandonada" en el mar, de forma "profundamente injusta".

También la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, habría ofrecido este lunes a los 629 inmigrantes de la ONG francesa SOS Méditerranée atracar en la ciudad condal porque "ante todo hay que salvar vidas humanas", un desafío para el que reclamó la colaboración con el Gobierno central. Finalmente, el puerto de recepción, según especificó La Moncloa, será Valencia, y no la capital catalana.

Sánchez lanza así un mensaje contundente y rápido hacia las autoridades europeas, de contraste total con la actitud mantenida por el Ejecutivo italiano de Giuseppe Conte, cuyo nuevo ministro del Interior y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, se negó a dar permiso para que el 'Aquarius' desembarcara en un puerto del país. Más aún, desafió a las autoridades de Malta al exigirles que fueran ellas las que abrieran sus puertos al barco. Salvini cumplía así su prometida "mano dura" contra la inmigración, y en particular contra países como Malta, que se niegan a recibir a personas migrantes.

Negativa de Italia y aplauso de Malta

Ya ocurrió la semana pasada con otra nave con 232 inmigrantes a bordo, de la ONG alemana Sea Watch, que pasó cuatro días en el mar porque el Ejecutivo maltés se desentendió, y al final Italia accedió a que atracase en el puerto de Reggio Calabria, al sur de país. Salvini prometió que no se volvería a repetir la situación, informa EFE.
"Desde hoy también italia comienza a decir NO [sic] al tráfico de seres humanos, NO al negocio de la inmigración clandestina. Mi objetivo es garantizar una vida tranquila a todos estos chicos en África y a nuestros hijos en Italia", escribió Salvini en Twitter.
Antes de que la pelota volviese al tejado de Roma, España ha decidido actuar.

No sorprende la reacción rápida del Ejecutivo socialista. Sánchez, cuando presentó el pasado miércoles su Gabinete, ya enumeró, como una de las prioridades de la nueva etapa, que España debe "recuperar su papel protagonista en el proyecto europeo como espacio desde el que dar respuestas efectivas a los desafíos que tienen las sociedades contemporáneas".

Retos a los que no puede "permanecer ajena", como "la precariedad laboral, la desigualdad, el cambio climático, la despoblación, el combate contra el terrorismo internacional; el combate también contra el crimen organizado, así como la integración de sociedades plurales y la solidaridad con los refugiados". Esa declaración de intenciones va incorporada al rótulo del ministerio que dirige Magdalena Valerio: Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

Aplauso de la Unión Europea

Esta misma mañana, la ministra de Defensa, Margarita Robles, en una entrevista en la SER, ya había asfaltado el camino, al subrayar que "en una situación de riesgo para la vida humana la prioridad tiene que ser salvar vidas humas. Para el Gobierno, decía, es "una necesidad y una obligación" la solidaridad. "Esto tiene que ser un empeño de la UE en su conjunto, porque más allá de acciones puntuales que puedan hacer los países y que tienen que moverse siempre por la solidaridad, no podemos ponernos de perfil porque cuando hay un drama humano es imprescindible que la UE actúe", descató la titular de Defensa.

En el 'Aquarius' viajan 629 personas rescatadas en las últimas horas. 123 de ellas son menores no acompañados, 11 niños pequeños y siete embarazadas, informa EFE.


El barco estaba a la deriva tras el comunicado conjunto de Salvini y del ministro de Infraestructuras y Transportes, Danilo Toninelli, del Movimiento 5 Estrellas, en el que se negaban a abrir sus puertas al barco de SOS Meditérranée y exigieran a Malta que "asumiera sus responsabilidades". El primer ministro maltés, el laborista Joseph Muscat, celebró el gesto de Sánchez y acusó a Italia de "romper las normas internacionales". La Valeta, dijo, mandará víveres a la embarcación. "Tenemos que sentarnos y debatir cómo prevenir que esto vuelva a ocurrir. Esto es un asunto europeo".

El griego Dimitris Avramopoulos, comisario de Migraciones, Asuntos Internos y Ciudadanía del Ejecutivo comunitario, celebró la decisión del Gobierno de Sánchez. "Esto es solidaridad real puesta en práctica, tanto hacia estas personas desesperadas y vulnerables como hacia los socios de la UE". Salvini, mientras, se quiso anotar el tanto y proclamó su "victoria". "629 inmigrantes a borde del barco 'Aquarius' en dirección a España. ¡Primer objetivo conseguido!", escribía el vicepresidente italiano, acompañado del 'hashtag' #cerramospuertas (#chiudiamoiporti).

No habrá efecto llamada, dice el Gobierno

"El 'Aquarius' ha tenido siempre como instrucción mantener su posición entre Italia y Malta -defendía la ONG en un tuit previo a que se conociera la decisión del Gobierno español-. El estado de salud de los 629 inmigrantes es estable pero [hay] riesgo de que se agrave durante el día. Están cada vez más ansiosos y se preguntan cuándo podrán tocar tierra firme".

El Gobierno se mostraba horas después satisfecho con la acogida de la medida. Se trataba de una "decisión valiente" de Sánchez que "recoloca el tablero internacional". "Ante una situación de crisis humanitaria inminente, España reacciona. Es clamoroso que la UE deje a 600 personas tiradas en el mar", señalaban fuentes del Ejecutivo consultadas por este periódico. Desde La Moncloa creen que no habrá efecto llamada, porque lo que se pretende es que la Unión se ponga manos a la obra y busque una salida durante años postergada.

En el entorno del presidente consideran que esta acción de España, por tanto, ha de servir como un revulsivo y para que los socios comunitarios dejen de "mirar para otro lado". El gesto rápido de Sánchez muestra su "determinación", su "decisión valiente de liderazgo europeo", insistían. "Hemos sido testigos de una decisión que pone al Gobierno español al servicio de una causa humanitaria", remachaban.