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La Casa Blanca dijo este miércoles que el presidente estadounidense, Barack Obama, se reserva el derecho de actuar nuevamente contra sospechosos de terrorismo en Pakistán, tras el ataque en el que un comando mató a Osama Bin Laden.

En otras palabras: cualquier persona puede ser detenida, torturada o asesinada si algún soldado estadounidense destacado en el lugar lo califica de "sospechoso", sin que el agredido cuente con algún derecho a la defensa.

La decisión lo que hace es oficializar lo que ha sido la política de Estados Unidos para la región.

Es preciso recordar que la cárcel de Guantánamo alberga a decenas de prisioneros capturados en Pakistán y Afganistán, muchos de los cuales no sólo son inocentes, sino que padecen patologías mentales graves.

La administración norteamericana ha admitido en el pasado manejar una veintena de cárceles secretas en territorio afgano, donde los detenidos son interrogados durante semanas sin que se presenten cargos en su contra.

Afirman que los afganos están en cautiverio durante un "máximo" (dicen) de nueve semanas en centros de detención secretos de EE.UU., según el valor de la información que producen, y son torturados por los guardias de la prisión estadounidense, según funcionarios de EE.UU. que revelaron detalles de la red de detención a The Associated Press.

La red más secreta de las cárceles se basa en el campo de prisioneros bajo control estadounidense de Bagram y la base aérea en la provincia oriental afgana de Parwan.