Nadar es una forma increíble de ejercitarse y recrearse, pero si se realiza en una piscina clorada, especialmente en espacios interiores, podría poner en riesgo su salud a largo plazo.

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El riesgo proviene de los subproductos de la desinfección (DBPs), que se forman cuando la materia orgánica como el cabello, piel, sudor, mugre y orina reaccionan con las grandes cantidades de cloro que se utilizan para desinfectar el agua de las piscinas.

Los DBPs son más de 1.000 veces más tóxicos que el cloro en sí, y en el primer estudio de este tipo, cuyo objetivo fue examinar con exactitud qué tipo de daño causan estas toxinas en los nadadores, los resultados obtenidos fueron alarmantes.

Nadar durante solo 40 minutos podría provocar daños en el ADN que resultan en cáncer

Los investigadores midieron la evidencia de los efectos genotóxicos (daños en el ADN que podrían conducir al cáncer) y respiratorios en los nadadores que se sumergían en el agua clorada de una piscina durante 40 minutos. Encontraron lo siguiente:
  • Aumento de micronúcleos en los linfocitos sanguíneos que están asociados con el riesgo de cáncer
  • Mutagenicidad en la orina, un biomarcador de exposición a agentes genotóxicos
  • Un aumento sérico de la proteína CC16, lo que sugiere un aumento en la permeabilidad del epitelio pulmonar
En total, se identificaron más de 100 DBPs en el agua de la piscina, y los investigadores observaron que las pruebas demostraron que los niveles eran igualmente mutagénicos que en el agua potable, pero capaces de matar las células a una menor concentración.

Los resultados podrían hacer que reconsidere su hábito si suele nadar en espacios interiores, ya que el agua podría representar una fuente de exposición a toxinas que pueden aumentar significativamente su riesgo de cáncer.

Es conocido que los trihalometanos (THMs)--uno de los DBPs más comunes--son carcinógenos del grupo B, lo que significa que se ha demostrado que causan cáncer en animales de laboratorio. También se han relacionado con problemas reproductivos tanto en animales como en seres humanos, tales como aborto espontáneo, muerte fetal y malformaciones congénitas, incluso en los niveles más bajos.

Estos tipos de DBPs también pueden:
  • Debilitar su sistema inmunológico
  • Alterar su sistema nervioso central
  • Dañar su sistema cardiovascular
  • Afectar su sistema renal
  • Causar problemas respiratorios
Le reitero, si nada en piscinas cloradas con regularidad este es un problema serio, ¡ya que su cuerpo absorbe niveles más altos de DBPs al nadar una vez en una piscina clorada en comparación con beber agua del grifo durante una semana!

Cómo es que las piscinas cloradas podrían causar cáncer y otros problemas de salud

Los DBP son extremadamente tóxicos y cuando nada en una piscina clorada está expuesto en múltiples niveles.

De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Environmental Sciences,1 el riesgo de cáncer por THMs, de mayor a menor, a través de varias vías fue el siguiente:
  1. Exposición cutánea al nadar
  2. Exposición gastrointestinal por consumo de agua del grifo
  3. Exposición cutánea al agua del grifo
  4. Exposición gastrointestinal al nadar
¡El riesgo de cáncer por exposición cutanea durante la natación comprendió más del 94 % del riesgo total de cáncer como resultado de exponerse a los THMs!

Los autores incluso sugirieron que nadar en una piscina clorada plantea "un riesgo de cáncer inaceptable".

Además, los DBPs también son los posibles responsables del aumento en la incidencia de sinusitis y dolor de garganta2 entre los instructores de natación, así como del impacto negativo de las piscinas cloradas en la salud respiratoria de niños y adolescentes.

De hecho, un estudio encontró que en niños sensibles a las alergias, nadar en aguas cloradas aumentaba significativamente la probabilidad de asma y alergias respiratorias.3

Cómo evitar los DBPs

La alternativa más evidente es evitar nadar en piscinas cloradas, lo que reducirá en gran medida su exposición.

Esto no necesariamente significa que tiene que renunciar a la natación. Nadar en el océano es una excelente alternativa, al igual que nadar en un lago u otro cuerpo de agua natural. También puede encontrar una manera de mantener su piscina limpia de bacterias, algas y otros organismos sin el uso de productos químicos peligrosos.

Una de las mejores soluciones es NO usar cloro en su propia piscina y únicamente emplear un tratamiento de "choque" para su mantenimiento cada cinco o seis días, lo cual eliminará la acumulación de algas. El tratamiento de choque se volatiliza en aproximadamente 24-48 horas y le brinda un periodo de varios días en el cual puede usar su piscina de manera segura.

También puede reducir la cantidad de material orgánico que introduce al agua, y por lo tanto la cantidad de DBPs creados, al tomar un baño antes de ingresar a la piscina, así como enseñarles a sus hijos a no orinar dentro de ella.

Además de su piscina, también deberá abordar otras fuentes de DBPs, como el agua del grifo, incluida el agua que usa para la tina y la regadera.

De todas las otras toxinas y contaminantes presentes en el agua, tales como el flúor y otras sustancias farmacéuticas, es posible que los DBPs sean los peores del conjunto.

Sin embargo, no todos los sistemas de filtración de agua son capaces de filtrar los DBPs. De hecho, actualmente no existe un sistema de filtración de agua de punto de entrada que esté certificado para filtrar estas toxinas del agua que abastece a toda la casa.

Por lo tanto, necesitará filtros separados para hacerse cargo tanto de la ducha como del grifo de la cocina, y debe buscar aquellos que eliminen el cloro junto con otros contaminantes. No se conforme con menos que eso, ya que los filtros que no eliminan el cloro en realidad NO lo están protegiendo de los DBPs.

Es importante filtrar ambas fuentes, pero si solo va a elegir una, la mayoría de las personas elegirá equívocamente filtrar su agua potable. Repito, es importante filtrar el agua potable por varias razones, pero con respecto a los DBPs, el mayor riesgo proviene del agua de la regadera (o piscina).

Puede absorber fácilmente la misma cantidad toxinas al ducharse (o nadar) que al beber agua del grifo durante toda una semana, así que asegúrese de reconocer esta fuente de exposición común.

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Fuentes y referencias