Un ejemplo de ello es un estudio realizado en la Universidad de California en Santa Bárbara, el cual mostró que con tan solo un par de semanas de práctica en meditación se mejoraron la atención y la memoria de los participantes durante la sección de razonamiento con un test de referencia en esta área.
A pesar de todos los avances científicos y el estudio dedicado a este área, sigue habiendo gente que duda o parece reacia a iniciarse en esta actividad. Algunos de los mitos que hay alrededor de estas técnicas son solo ideas extendidas, pero no por ello ciertas. A continuación veremos cómo nos puede ayudar la meditación en nuestro día a día.
Beneficios y pautas de la meditación
Los principales beneficios de la meditación son:
- Meditar es fácil. Quizás al principio cueste un poco más, por ello será más fácil si nos dejamos guiar y entenderlo como una concentración en la respiración o repetir un mantra en silencio para facilitar la tarea.
- La meta no es acallar la mente. El objetivo es encontrar la calma dentro de los pensamientos. Cambiar el foco de atención cuando vienen otros pensamientos. A medida que te identificas menos con tus pensamientos e historias, experimentas más paz y te abres a nuevas posibilidades, lo que te da un margen mayor para disfrutar de aquello que te rodea cada día.
- En tan solo unas pocas semanas de dedicación a la práctica se pueden obtener beneficios. Estudios científicos muestran que con tan solo 8 semanas se consigue: menos ansiedad, más calma y crecen las áreas del cerebro relacionadas con la memoria, empatía, autoconsciencia y regulación del estrés. Los practicantes mejoran también el sueño, la concentración, disminuye la presión sanguínea, el estrés y la ansiedad y mejora la función inmunológica. En 2011, el equipo de investigación de Sara Lazar en la universidad de Harvard, mostró que la práctica de mindfulness puede realmente cambiar la estructura del cerebro. Después del curso MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) de 8 semanas de duración, se observó un engrosamiento del hipocampo (una estructura que cumple un rol fundamental en el aprendizaje y la memoria) y en otras áreas de importancia para la regulación emocional y el procesamiento auto-referencial.
- La meditación nos ayuda a estar y ser. Meditar es reconectar con tu yo verdadero, todo lo contrario a escapar del momento.
- Dedicar tan solo un momento de tu tiempo. Meditar te da tiempo para parar, con solo unos minutos ordenas y calmas la mente antes de actuar.
- Amplia variedad de formas: la meditación se puede practicar de distintas formas y en distintas posiciones. De pie, caminando, haciendo yoga, mindfulness, etc. Tan solo hay que encontrar la mejor práctica que se adapte a cada uno.
- ¿Qué pasa si sentimos que la mente no deja de pensar? En 30 minutos podemos llegar a tener 300 pensamientos, una cantidad que satura la mente de cualquiera. Por otro lado, acostumbrados a trabajar a toda velocidad, disminuirla requiere de práctica y paciencia.
- Observar el beneficio: confiar en el proceso, requiere práctica y tiempo. Disfrutar de los pequeños avances y placeres que nos aporta la meditación.
- Encontrar el modo en que a cada uno le funcione. Mejor dedicar solo 10 minutos que aguantar 30 porque dicen que es mejor y sentirnos mal porque no podemos lograrlo.
Algunos de los beneficios reales que la meditación puede aportar a nuestro día a día se pueden disfrutar empezando con unos sencillos pasos:
- No seas duro contigo mismo.
- No tengas ninguna expectativa, tan solo observa el momento.
- No insistas si no te conducen a un silencio interior.
- Permanece solo, a ser posible en un lugar tranquilo.
"Con la atención plena se trata de estar completamente despiertos en nuestras vidas. Se trata de percibir la exquisita intensidad de cada momento. También de tener acceso inmediato a nuestros propios recursos para la formación y la curación".
-Jon Kabat-Zinn-
Comentario: Desde SOTT recomendamos también el programa de respiraciones Éiriú Eolas. Incluye ejercicios de respiración que estimulan el nervio vago para controlar el estrés, así como técnicas de liberación emocional practicadas en el pasado por Carl Jung y Alexander Lowen. EE ayuda a aliviar el estrés, lo cual conduce a un bienestar generalizado y mejora la calidad del sueño, permitiendo una curación más rápida. Además, EE tiene una excelente aplicación en terapias psicológicas al permitir la liberación de traumas que datan de muchos años −como el abuso infantil− en un ambiente seguro y no retraumatizante. También ayuda a aliviar el estrés post-traumático y permite mejorar el estado de ánimo, la concentración mental y la tolerancia al estrés.
La práctica del control voluntario de la respiración, que consiste en inhalar, retener el aire y exhalar de manera consciente, junto con la meditación y la respiración diafragmática, tiene aplicaciones beneficiosas en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, enfermedades pulmonares como el asma, los desequilibrios del sistema nervioso autónomo y los trastornos psicológicos o relacionados con el estrés. También ayuda a curar enfermedades crónicas degenerativas, incluyendo las enfermedades autoinmunes, el cáncer y las enfermedades de la civilización moderna. No sólo tiene una aplicación terapéutica, sino también preventiva, y sus efectos son acumulativos, aunque a menudo los resultados positivos se hacen notar desde la primera sesión.
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