Hay quienes afirman que Argentina es una tierra de contrastes, pero ciertos contrastes no sólo carecen de sentido, sino que son ridículos.
macri cia mossad
© Kaos en la RedVarias prácticas políticas del presidente argentino apestan a CIA/MOSSAD
Hace poco más de una semana, la Policía Federal argentina detuvo en la ciudad de Buenos Aires a dos supuestos adherentes de Hezbolá, una agrupación política de origen libanés con destacada actividad en Medio Oriente y actual partido gobernante en Líbano desde mayo de este año.

La sola noticia, sumado a la inusual cobertura que algunos medios hegemónicos dieron al hecho, despiertan inmediatamente la sospecha de que en todo este asunto hay gato encerrado.

Considere estos titulares de algunos periódicos argentinos famosos por "operar" en el campo de la información más que por informar: Estos son sólo algunos artículos extraídos de los tres periódicos considerados la punta de lanza mediática del partido gobernante, un aparato "informativo" que básicamente se ha dedicado ha desarrollar una narrativa tenazmente enfocada en sostener a un gobierno, que en sólo 3 años ha empobrecido, endeudado, y seguramente hipotecado por décadas el futuro de los argentinos.

La cuestión de fondo detrás de este mal espectáculo parece ser simple: el historial pacífico de la comunidad musulmana en el país, junto a los ridículos matices de este singular arresto, hacen ver a este evento como un mal sainete o un show circense de bajo presupuesto.

Pongamos los hechos en su lugar

Primero que nada y para despejar las dudas de aquellos que no están aún informados, aclaremos que, aunque usted va a escuchar ecos del pasado haciendo alusión a que Hezbolá fue responsable de las voladuras de la Embajada Israelí en 1992 y la cede de la mutual israelí AMIA en 1994, esto no es más que una especulación sin el más mínimo fundamento factual. No hay pruebas, evidencias, o mínimos indicios de algo semejante, salvo informes convenientemente redactados por EE.UU. en conjunto con los servicios de inteligencia israelíes.

¿Cuánta credibilidad pueden tener estos informes?... Déjeme contestar: en términos porcentuales, yo diría ¡CERO! El Mossad no sólo tiene un largo prontuario de operaciones de falsa bandera, sino también de asesinatos de todo tipo de objetivos a lo largo y ancho del mundo, de infiltrar organizaciones terroristas para utilizarlas a su antojo, y de todo tipo de actos inmorales y llenos de perversidad. ¿Por qué deberíamos creerle a estos desgraciados?

En segundo lugar, tomemos en consideración la secuencia de hechos tal como ocurrieron: el 13 de este mes la Policía Federal detuvo en la ciudad de Buenos Aires a dos hermanos de familia libanesa presuntos "simpatizantes" de Hezbolá. Según nos "informan", todo el asunto habría empezado en enero de este año con una denuncia elevada por la DAIA, un organismo israelí que es repudiado por un importante sector de la comunidad judía local por su corrupción y por la vergonzante labor de oscurecimiento que desarrollaron durante la investigación del atentado realizado a la cede de la AMIA en 1994.

La denuncia elevada a principio de este año se habría efectuado tras recibir un correo electrónico anónimo sobre la actividad de uno de los hermanos arrestados, quien simpatizaba con el arbitrariamente referenciado como "grupo terrorista". Y aquí me voy a detener para aclarar que Hezbolá es considerado un grupo terrorista sólo por EE.UU., Israel y algunos países europeos vergonzosamente complacientes con la nación sionista. Para la mayoría de los países del planeta Hezbolá es un partido político libanés que, aunque cuenta con un brazo armado, no es una agrupación terrorista como lo es Daesh o Al-Qaeda.

Tras meses de "investigación" (eso nos dijeron) se allanó la vivienda de estos jóvenes y, además del arresto, se incautaron armas (una carabina Mauser calibre 7.65 mm con mira telescópica, una escopeta calibre 16, dos revólveres calibre 38 largo, una pistola Bersa calibre 22 largo, un revólver calibre 25, dos revólveres calibre 22, una carabina de aire comprimido y cuatro cuchillos de tipo militar).

En declaraciones a la prensa, el padre de los jóvenes afirmó que "la ropa no es militar, es camuflada, porque mis hijos iban a cazar; las armas eran de mi abuelo, que murió en 2008 a los 82 años, las tenía desde que era conscripto militar; cuando falleció, las heredé yo; la única que compré fue una Bersa calibre 22, pero jamás fueron manipuladas por mis hijos, no las saben usar [NdA: refiriéndose a esas armas en particular] y las municiones estaban bajo llave."

Ante la prensa, las autoridades argentinas han denunciado que los jóvenes viajaron a Líbano 4 veces. ¡Claro que lo hicieron! Los chicos tienen familiares en aquel país, y no es un delito visitarlos. Otros periodistas han afirmado que también han viajado a otros países de Medio Oriente como Qatar, lo que constituye otra estúpida mentira, porque los muchachos sólo han parado allí estando en tránsito hacia la patria de sus ancestros por el simple motivo de que no hay vuelos directos a Líbano. Apuesto que si yo viajo a visitar a mis familiares en Italia no sería arrestado por tener vínculos con las Brigadas Rojas, y si hago escala en Madrid nadie sería tan idiota como para vincularme con la ETA.

Y como si la cancha ya no estuviera bastante embarrada con acusaciones sin fundamento y arrestos basados en rumores de pasillo, hace un par de días la prensa informó que la "fundación humanitaria" llamada MOSSAD (conocidos también como trozos de excremento mentirosos y asesinos) fueron quienes proporcionaron la información de "inteligencia" a las fuerzas policiales argentinas que en definitiva llevaron al arresto de los dos "peligrosos delincuentes" y a "evitar ataques terroristas en el país".

¡Vaya mamarracho! Esto no puede puede digerirse ni ingiriendo toda la provisión de Té de Boldo del planeta. Para ponerlo en términos simples: el gobierno argentino quiere que creamos que desbarataron una célula terrorista islámica en el país, porque arrestaron a dos muchachos sin un mísero antecedentes (como podríamos ser usted o yo), que tenían armas en su casa (como puede ser el caso de muchos argentinos), que viajaron al Líbano a visitar a sus familiares (como usted o como yo pudimos haberlo hecho a la patria de nuestros ancestros), y todo esto basado en un correo electrónico anónimo que apesta a MOSSAD y que recibió la DAIA, un organismo que está más sucio que palo de gallinero. ¡Verdaderamente, todo esto huele muy mal!

¿Por qué inventar semejante adefesio?

No hay forma de poder dar una respuesta con total seguridad, pero sí podemos jugar a especular un poco y tratar de pensar juntos.
Explicación 1: En medio del brutal ajuste económico que está llevando a cabo el gobierno argentino, y de una crisis que se agudiza minuto a minuto con un pueblo cada vez más nervioso y combativo, este puede ser un factor de distracción. Esta explicación tiende a ser simplista como para ser la única explicación, pero bien podría ser un efecto colateral con el que contaron quienes han construido esta farsa.
Explicación 2: El 30 de noviembre el G20 se reunirá en Argentina. No han faltado quienes especulan con que el gobierno podría estar instrumentando esta farsa para despertar la simpatía de EE.UU. y otras naciones socias suelen mirar con buenos ojos el combatir lo que ellos gustan llamar "terrorismo islámico". Honestamente esta hipótesis es débil, pero al igual que en la anterior, no habría que descartar la posibilidad de que este sea otro efecto colateral deseado.
Explicación 3: Un sector creciente del pueblo argentino está sufriendo carencias materiales cada vez más serias por las medidas económicas del gobierno tendientes a concentrar la riqueza en un puñado de acaudalados y a matar de hambre al ciudadano de a pie. Esta historia ya se ha vivido en el pasado reciente del país, y como las veces anteriores, posiblemente termine (más tarde o más temprano) del mismo modo: un amplio sector de la clase media en la calle pidiendo que se vayan todos.

Es muy probable que Mauricio Macri y su "equipo" estén considerando este escenario como muy cercano. En los últimos dos años y medio, el gobierno ha incrementado la militarización de la policía, ha generado un marco legal que les permitiría sacar las fuerzas armadas a las calles para manejar situaciones de seguridad interior, ha comprado toneladas de armamento con fines de "contención" a EE.UU. y otras naciones occidentales, y ha entrenado a las fuerzas policiales para manejar insurgencia (según comentan con ayuda de "expertos" de Israel).

No hace falta ser Einstein para sumar 1 + 1 y sospechar que algo se traen entre manos. No sería de extrañar que, una vez completada la primera fase (armar y entrenar a las fuerzas de seguridad), estén pensando en pasar a la segunda, que esencialmente sería crear un monstruo ficticio para poder sacar a los caza-monstruos a las calles y tener carta blanca para reprimir a un pueblo que en poco tiempo puede llegar a tornarse muy molesto para el gobierno de Mauricio Macri y los intereses que subyacen detrás de su mandato.

Dentro del contexto global, Argentina es un peón más (no una ficha de ajedrez, sino un esclavo) en los planes del poderoso pero cada vez más torpe y ridículo Occidente, por obtener hasta la última gota de poder que les sea posible amarrocar. Este caso quizá no sea más que uno entre miles con la misma logística poco creativa y desgastada de tantos "ataques islámicos" que suelen tener como intención de fondo mantener a la gente común aterrada. Por supuesto que el terrorismo existe, pero de ninguna manera es un tópico sobre el que se pueda hablar en términos tan simples como nos quieren hacer creer.

Argentina, como otros tantos países (aunque a menudo más fácilmente debido a la fuerte influencia sionista que reina en esta nación), lleva años cumpliendo muy bien el papel de títere, acatando órdenes y rebajándose a pesar de que, teóricamente, es una nación soberana. Su soberanía hoy parece tan ridícula y lejana como la culpa de estos dos jóvenes y sus ansias terroristas.
Puede haber una 4ta y una 5ta o quizá más explicaciones, el hecho es que algo muy extraño está ocurriendo aquí, y que debemos estar atentos a todo lo que venga en los tiempos venideros. Nada nos garantiza que, así como ocurrió en los 90s, mañana no seamos testigos de un nuevo atentado "islámico" en territorio argentino. Tal evento pondría en shock al pueblo y lo haría mucho más permeable a aceptar la militarización del Estado y la presencia de las fuerzas de seguridad en la puerta de su casa.

Por otro lado, no deberíamos perder de vista que ya hay antecedentes de actividad por parte de la inteligencia israelí en Argentina. Sin ir más lejos en enero del año 2015, Alberto Nisman, fiscal abocado a la causa del atentado en la AMIA, muere en medio de un misterioso supuesto suicidio que, para quienes estamos familiarizados con la forma de operar del MOSSAD y los servicios asociados, dio la fuerte impresión de ser una operación secreta orientada a lesionar la imagen de Cristina Fernández de Kirchner. En aquel entonces ya se podía vislumbrar el interés particular de estas fuerzas que operaban tras bambalinas por un Mauricio Macri vencedor en las urnas.

Un mes después del evento, los medios hegemónicos asociados a estas mismas fuerzas, organizaron una marcha llena de slogans cliché tratando de mostrar que el gobierno de entonces (el de CFK) había conspirado para asesinar a Nisman y que el pueblo argentino tenía la obligación moral de expulsar a estos corruptos criminales de los máximos estratos del poder político. Poco más de un año más tarde Mauricio Macri asumía como presidente de los argentinos y comenzaba a desplegar su arsenal de cipayismo y servilismo a intereses foráneos, endeudando al país, dejando entrar a las tropas norteamericanas al territorio, rematando las mejores y más ricas tierras del sur argentino a compradores privados extranjeros, y desmantelando el aparato estatal para dejar la nación a merced de las mismas fuerzas colonizadoras que históricamente han explotado y saqueado el subcontinente.

Piénselo, si trazamos una línea desde aquellos momentos hasta el presente, es posible que empecemos a vislumbrar una posible explicación, no sólo para esta ridícula mala comedia del terrorismo, sino para todo lo que ha ocurrido durante los últimos 6 o 7 años en latinoamérica.

¡En fin! Quiero despedirme dejándoles un par de videos en donde verán, en primer lugar a la madre de los muchachos explicando con sencillez pero con gran elocuencia el disparate payasezco que han montado; y en segundo a Shij Abdul Karin Paz, Director de la Mezquita At-Tauhíd, dejando también bastante claro que la célula terrorista de Hezbolá en Argentina es producto de la torcida imaginación de algún demente con claras malas intenciones.