Un equipo internacional de astrónomos sacó una detallada imagen de la galaxia NGC 4217, situada a unos 67 millones de años de luz desde la Vía Láctea. Creen que esta instantánea puede ayudar a entender mejor cómo son realmente las conjuntos de estrellas, nubes de gas y planetas que abundan en el espacio.
Via Lactea
© CC BY-SA 4.0 / ESA/Hubble & NASA / Dust filaments of NGC 4217
La foto ofrece una visualización cartográfica del vasto y complejo campo magnético extendiéndose a unos 22.500 años de luz en el espacio que rodea a la NGC 4217. Fue tomada por el observatorio radioastronómico Karl G. Jansky Very Large Array en Nuevo México (EEUU) y la red de radiotelescopios de baja frecuencia, con sede en los Países Bajos.

Esta galaxia "es de particular interés para nosotros. La imagen muestra claramente que cuando pensamos en las galaxias como la Vía Láctea, no debemos olvidar de que tienen campos magnéticos que las rodean", señaló la astrónoma y física Yelena Stein del Centro de Datos Astronómicos de Estrasburgo (Francia).

Los campos magnéticos son elementos invisibles que ejercen una fuerza sobre las partículas magnéticamente sensibles. Pueden ser generados tanto por los imanes, como por las corrientes y los campos eléctricos cambiantes. Si bien no pueden verse, eso no significa quesean indetectables.

Cuando los electrones de los rayos cósmicos se aceleran en los frentes de ondas de choque producidas por los restos de supernovas, pueden casi alcanzar la velocidad de la luz. Luego estos electrones giran en espiral a lo largo de las líneas del campo magnético, generando ondas de radio, conocidas como la radiación de sincrotrón, de una amplia gama de longitudes.

Un sincrotrón es un acelerador de electrones y su emisión puede ser detectada aquí en la Tierra para reconstruir un campo magnético. Para hacerlo los astrónomos también utilizan la polarización, o la forma en la que las ondas de radio se retuercen. Y esta es la técnica que fue utilizada por los astrónomos para mapear el campo magnético alrededor de la NGC 4217.

Los resultados de su trabajo mostraron un gran campo magnético en forma de la letra X. No es muy fuerte, dado que goza de una fuerza media de nueve microgauss mientras que la fuerza media del campo magnético de la Tierra es de 0,5 gauss.

Además, el equipo encontró dos grandes superburbujas que suelen formarse en dos tipos de regiones:
  • aquellas en las que muchas estrellas masivas terminan su vida, convirtiéndose en las supernovas;
  • aquellas en las que nacen los astros, generando intensos vientos estelares.
"Aquí, en la NGC 4217, pueden hallarse las enormes burbujas de gas y un campo magnético en espiral que se eleva hasta el halo de la galaxia", señaló el astrónomo Rainer Beck del Instituto de Radioastronomía Max Planck en Alemania.

Los investigadores también encontraron algo muy extraño: grandes circuitos en el campo magnético que se extienden a lo largo de toda la galaxia.


"Esto nunca se había observado antes. Sospechamos que son causados por la formación de estrellas, porque en estos puntos la materia se expulsa hacia afuera", explicó.

Aunque el mecanismo que conduce a la formación de los campos magnéticos galácticos todavía no ha sido bien estudiado, la hipótesis principal apunta a que pueden generarse y mantenerse por un dínamo. Se trata de un fluido giratorio y conductor de electricidad que convierte la energía cinética en la magnética.

En la Tierra, ese fluido es el hierro fundido dentro del núcleo exterior. En el Sol es el plasma y se cree que este también sirva de dínamo en las galaxias de disco. Observaciones más profundas de la NGC 4217 podrían proporcionar datos más detallados sobre su campo magnético, ayudando a entender los procesos que acaban impulsando tanto el orden como el caos dentro de ello.