Los radicales exigen la expulsión de Navarra de la Benemérita, tachada de «virus».
Nueva humillación de separatistas a la Guardia Civil consentida por la partidocracia en Alsasua, España
Otro año más, y ante la impasibilidad generalizada, incluido del estamento judicial, la Guardia Civil sufrió ayer un nuevo acto de escarnio público en la localidad navarra de Alsasua. Un centenar de radicales se manifestaron en el llamado «Ospa Eguna», «Día del adiós», como gesto de hostigamiento al Instituto Armado y para exigir su salida de Navarra. El juez de guardia de la Audiencia Nacional, al igual que el año pasado, autorizó la marcha que había sido convocada con el lema de «Vosotros sois el virus» para oprobio de los agentes que viven y trabajan allí. El clima de acoso a la Guardia Civil, perseguida durante años por ETA, volvió a estallar en 2016 cuando varios agentes fueron acorralados y agredidos en un bar estando con sus parejas. Varios de los agresores cumplen condena desde entonces por «atentado» contra la autoridad.

Asociaciones de guardias civiles, PP, Vox, Ciudadanos, Navarra Suma, colectivos de víctimas de ETA, entre otros, solicitaron en los días previos que el acto fuera anulado. La asociación de la Guardia Civil, Jucil, alertó ante el posible «delito de odio» a los agentes. La Delegación del Gobierno de Navarra, pese a convocarse una marcha en pleno rebrote de contagios por el coronavirus, no se inmutó.

El PP llevará este asunto al Congreso de los Diputados tras denunciar la pasividad tanto del ministro del Interior, Fernando GrandeMarlaska, como del delegado del Gobierno en Navarra, para evitar esta nueva afrenta al Cuerpo. También lo hará Vox: «¿Cuáles son los motivos por los que la Delegación de Gobierno en Navarra no va a prohibir la celebración del miserable «Ospa Eguna» o «día de la expulsión» contra la Guardia Civil?», preguntará al Gobierno el grupo de Santiago Abascal.

La presidenta del Comité de Derechos y Garantías de Génova, Andrea Levy, consideró «inadmisible» el acto de ayer, que «pone en riesgo la fragilidad de la democracia». Tras insistir en que se debía impedir esta muestra de «acoso, hostigamiento e insultos a la Guardia Civil», Levy lamentó que el Gobierno, «preso de sus socios proetarras de investidura», esté «de brazos cruzados» mientras «se coarta la libertad y la democracia de todos los españoles representados en la Guardia Civil». Lo cierto es que desde Podemos, socio del Gobierno de Sánchez, han sido varias las muestras de apoyo público a los procesados por la agresión en Alsasua, mientras que es nulo su interés por la situación que viven los miembros de la Benemérita allí. Un acoso que se normaliza con demostraciones públicas como la ayer sin que los jueces vean motivo suficiente para prohibirlos.

El alcalde de la localidad, Javier Ollo, defendió la celebración de la marcha contra la Guardia Civil considerándola una «reivindicación legítima». Ollo forma parte de Geroa Bai, la coalición por la que el PNV tiene su representación en Navarra. Hay que recordar que el PNV incluyó como punto del pacto de investidura con Pedro Sánchez la retirada de la Guardia Civil en su competencia de Tráfico dentro de la Comunidad Navarra, lo que se produciría, «en el plazo de seis meses», según el documento firmado en enero.

Navarra Suma, coalición de UPN, PP y Cs en esta región, abominó del acto, que consideró una «aberración para todo demócrata». Carlos Iturgaiz, líder de PP+Cs en el País Vasco opinó que «los verdaderos virus son los proetarras, los que amenazan a la Guardia Civil».