Un consorcio formado por países e instituciones europeas ha presentado una propuesta para crear un ambicioso observatorio terrestre de ondas gravitacionales gracias al futuro telescopio Einstein, que mejore considerablemente la capacidad de estudiar los agujeros negros y el universo oscuro.
Instituciones y Países Europeos Proponen Nuevo Observatorio de Ondas Gravitacionales
Instituciones europeas proponen nuevo observatorio de ondas gravitacionales
El consorcio, que incluye al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha propuesto oficialmente que el telescopio se incluya en la hoja de ruta 2021 del Foro Estratégico Europeo para las Infraestructuras de Investigación (ESFRI), una decisión que se espera que se dé a conocer en junio del año que viene.

El consorcio reúne a unas 40 instituciones de investigación y universidades de varios países europeos.

El Einstein, que se ubicará en una nueva infraestructura subterránea en un emplazamiento por decidir, aplicará tecnologías que mejorarán radicalmente las actuales, indica el CSIC (mayor centro de investigación español) en un comunicado.

El futuro telescopio ha despertado gran interés en la comunidad científica española que estudia las ondas gravitacionales y sus investigadores han contribuido de "forma significativa" al desarrollo del programa de física del telescopio, así como a la preparación de su informe de diseño técnico.

Las ondas gravitacionales fueron detectadas por primera vez en 2015, aunque fueron formuladas por Albert Einstein hace más de cien años en su Teoría de la Relatividad.

Se trata de una especie de olas o arrugas en el tejido espacio-tiempo creadas por acontecimientos muy violentos como la explosión de una supernova o la fusión de dos agujeros negros, pero que son difíciles de detectar.

Desde su primera detección, que mereció el Premio Nobel de Física en 2017, se han sucedido los descubrimientos, el último este mismo mes, cuando se anunció que se había localizado la mayor fuente de ondas gravitacionales registrada hasta el momento y que se atribuye a la fusión de dos agujeros negros.

Para aprovechar al máximo el potencial de esta nueva disciplina, se necesita una nueva generación de observatorios, señala la nota del CSIC.

El telescopio Einstein permitirá a los científicos detectar cualquier coalescencia de dos agujeros negros de masa intermedia en el universo y contribuir así a la comprensión de su formación y evolución, lo que arrojará nueva luz sobre el universo oscuro y aclarará los roles de la energía y la materia oscura en la estructura del cosmos.

Además detectará miles de fusiones de estrellas de estrellas de neutrones por año, mejorando nuestra comprensión del comportamiento de la materia en condiciones tan extremas de densidad y presión que no se pueden producir en ningún laboratorio.