Se estima que las manchas oscuras de Neptuno tienen una esperanza de vida de entre 2 y 5 años antes de desintegrarse, lo que las diferencia de la Gran Mancha Roja de Júpiter, una tormenta que ha existido por cientos de años y que aún hoy continúa activa.
Unas extrañas manchas oscuras en la superficie de Neptuno intrigan a los científicos
© HubblesiteImagen de Neptuno capturada por el Hubble
Recientemente, el sitio web oficial del telescopio espacial Hubble publicó las conclusiones de los investigadores sobre las imágenes de Neptuno tomadas en enero, donde puede verse la enorme mancha oscura que ya había sido observada por primera vez en 2018, pero en esta ocasión, para sorpresa de los científicos, la acompañaba otra más pequeña.

Las manchas oscuras en la superficie del lejano planeta azul son inmensas tormentas y no constituyen una novedad para la ciencia. Ya en 1989, cuando la nave espacial Voyager 2 de la NASA sobrevoló Neptuno tras haber viajado miles de millones de kilómetros, los astrónomos quedaron intrigados al observar una monstruosa mancha oscura, tan grande como el planeta Tierra, y otra de menor tamaño.

Sin embargo, apenas 4 años después, cuando los científicos tuvieron la oportunidad de volver a echarle un vistazo a Neptuno con el telescopio Hubble, ambas tempestades se habían esfumado. Por lo tanto, se estima que las manchas oscuras de Neptuno tienen una esperanza de vida de entre 2 y 5 años antes de desintegrarse, lo que las diferencia de la Gran Mancha Roja de Júpiter, por ejemplo, una tormenta que ha existido por cientos de años y que aún hoy continúa activa.

A partir de 1994, Hubble detectó nuevas manchas oscuras en el planeta azul, pero nunca se había vuelto a observar una pareja de estas hasta ahora.

Algunas de las grandes tormentas de Neptuno no se desintegran en el ecuador del planeta, como suele ocurrir, sino que descienden hasta el ecuador y luego vuelven a ascender hacia el norte.

Los científicos proponen que las manchas oscuras más pequeñas que a veces las acompañan no son más que un pedazo de la propia tormenta, que quedó separada de esta en el momento de mayor proximidad al ecuador.

"Estamos entusiasmados con estas observaciones porque este fragmento oscuro más pequeño es potencialmente parte del proceso de desintegración de la mancha oscura", dijo Michael H. Wong de la Universidad de California en Berkeley, citado por HubbleSite, "Fue realmente emocionante ver esta [tormenta] actuar como se suponía que debía actuar y luego, de repente, simplemente detenerse y retroceder", añadió Wong, haciendo referencia al hecho de que la mancha oscura no desapareció en el ecuador, sino que cambió su dirección de vuelta hacia el norte.