Una región en la parte frontal del cerebro se activa cuando experimentamos la belleza de una obra de arte o de un fragmento musical, según un nuevo estudio, financiado por el Wellcome Trust.

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El estudio, publicado en la revista 'PLoS One', sugiere que la característica que todas las obras de arte, cualquiera que sea su naturaleza, tienen en común es que provocan actividad en esa misma región del cerebro, esto apoya en cierta manera la teoría de David Hume y otros de que la belleza está en los ojos del que mira y no en el objeto.

"La cuestión sobre la existencia de características que doten al objeto de la cualidad de bellos ha sido objeto de debate desde hace milenios por parte los artistas y los filósofos del arte pero sin llegar a una conclusión", dice el profesor Semir Zeki, del Laboratorio Wellcome de Neurobiología de la UCL (University College of London). "Otra cuestión se pregunta si tenemos un sentido abstracto de la belleza, uno que despierte en nosotros la misma experiencia emocional independientemente de su fuente, por ejemplo, una fuente musical o una visual. Ya era hora de que la neurobiología abordara estas cuestiones fundamentales".

Veintiún voluntarios de diferentes culturas y orígenes étnicos clasificaron una serie de pinturas y fragmentos musicales como bellos, feos o indiferentes. Posteriormente, observaron las imágenes y escucharon los fragmentos musicales mientras se medía su actividad cerebral mediante una resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI).

El profesor Zeki y su colega el Dr. Tomohiro Ishizu encontraron que el área frontal del cerebro conocida como corteza orbitofrontal media (que forma parte del centro de placer y recompensa del cerebro) se mostraba más activa al escuchar los voluntarios una pieza musical o ver una obra de arte que habían clasificado anteriormente como bella. Por el contrario, ninguna región del cerebro en particular se activaba en relación con obras de arte previamente calificadas de feas, aunque la experiencia de la fealdad visual cuando se compara con la experiencia de la belleza se correlaciona con la activación cerebral en varias regiones.

La corteza orbitofrontal media ha sido relacionada previamente con la apreciación de la belleza, pero esta es la primera vez que los científicos han sido capaces de mostrar que la misma área del cerebro se activa ante la percepción visual o auditiva de la belleza en los mismos individuos. Esto implica que la belleza, en efecto, existe como concepto abstracto en el cerebro.

La corteza orbitofrontal media no fue la única región que se activaba ante la percepción de la belleza. Como era de esperar, la corteza visual, que responde a los estímulos visuales, se mostraba más activa ante una obra pictórica que ante un fragmento musical, y viceversa para la corteza auditiva.

Además, resultó de especial interés que la actividad registrada en el núcleo caudado, que se encuentra cerca del centro del cerebro, aumentaba en proporción al aumento de la belleza visual relativa de una pintura. El núcleo caudado ha sido relacionado con el amor romántico, sugiriendo una correlación neuronal entre la belleza y el amor.

El profesor Zeki añade: "Casi cualquier cosa puede ser considerada arte, aunque sugerimos que solo las creaciones que implican actividad en la corteza orbitofrontal medial caerían en la clasificación de arte bello".