
El llamado pide que los barcos se mantengan alejados de poco más de 35 kilómetros del río, entre los poblados de Laurel y Lockwood, una zona afectada por la falla de un oleoducto de Exxon Mobil que desde el 1 de julio ha derramado cerca de mil barriles de crudo al cauce del río.
Más de 500 trabajadores intentan limpiar decenas de kilómetros de ribera y agua contaminadas. Con al menos 40 botes utilizados en las labores de limpieza, funcionarios estatales dijeron que quienes naveguen en el río con canoas, kayaks u otro tipo de embarcaciones, correrían riesgos de seguridad.
La causa del derrame continúa bajo investigación, aunque los primeros indicios del viernes indicaron que el oleoducto terminó muy dañado durante el accidente, dijo Richard Opper, director del Departamento de Calidad Ambiental de Montana.
Opper dijo que todo sugiere que el ducto fue rebajado por el río y se rompió, en vez de que se haya provocado una fuga por corrosión. La vocera de Exxon Mobil, Karen Matusic, dijo que la compañía no quería especular sobre lo que ocurrió hasta no tener más información después de la investigación.
En una audiencia de seguridad en oleoductos en Washington, los legisladores cuestionaron al regulador de ductos del gobierno y preguntaron si la agencia no había sido condescendiente con la industria.
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