El equipo de investigación sueco, Uppdrag granskning, reveló que al menos 13 niños de Estocolmo, Suecia, sometidos a tratamientos con bloqueadores hormonales para propiciar su cambio de género, sufren graves efectos adversos y hasta deformaciones físicas.
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© Toma de pantalla: YouTube/Karolinska Universitetssjukhuset)Una niña es atendida en el Hospital Universitario Karolinska de Estocolmo, Suecia, 12 de marzo de 2018
Según el médico jefe y endocrinólogo pediátrico, Ricard Nergårdh, que trata a niños transgéneros, las hormonas que se les aplican para frustrar el desarrollo normal de la pubertad pueden afectarlos, informó el medio sueco SVT el 24 de noviembre.
"Es una castración química. Puede afectar al bienestar psicológico de formas que no imaginabas ni querías. Es muy importante que el paciente y su familia estén bien informados al respecto", declaró Nergårdh.
Y agregó que estos tratamientos deben ser aplicados durante dos años como tiempo "razonable" para disminuir el riesgo de efectos secundarios, también es necesario el control de los huesos incluyendo el de su densidad.

Los investigadores que se caracterizan por utilizar cámaras ocultas y procedimientos no convencionales, informaron sobre el caso crítico de Leo, una niña que empezó a ser tratada con esas sustancias químicas desde los 11 años, de lo que su madre ahora se arrepiente.

Leo dijo a sus padres a los 10 años que era un niño, y un año después se inició la aplicación de las hormonas que le detendrían la pubertad, en el Hospital Infantil Astrid Lindgren.

La madre, Natalie, relató que se hacía daño en el pasado y se aislaba en casa, pero al iniciar el procedimiento químico se sintió un poco mejor, solo que por poco tiempo.
"Se sentía tan mal que intentó suicidarse en varias ocasiones. No lo entendimos, pensamos que nuestro hijo se sentiría mejor con el tratamiento", expresó Natalie.
Luego se quejó de dolores de espalda permanentes. Recién a los 15 años se le examinó con rayos X y se descubrió que dos de sus vértebras se habían deformado, también se le diagnosticó osteoporosis, y se estancó su crecimiento.

En este caso, se le había aplicado el tratamiento más del doble del tiempo recomendado, y el hospital admitió su responsabilidad por lo sucedido.
"Naturalmente, hay rabia hacia aquellos en los que se confió. Pero también hacia ti mismo, yo soy el que debería proteger a mi hijo pero de alguna manera no lo he hecho", manifestó Natalie.
Uppdrag granskning obtuvo la documentación relacionada con los efectos adversos sufridos por 13 niños que fueron tratados con procedimientos similares a los de Leo.

Entre ellos aparecen daños hepáticos, obesidad, detenimiento del crecimiento, deterioro de la salud mental, arrepentimiento de haber solicitado la reasignación de sexo luego de haber generado cambios irreversibles. Asimismo, ansiedad y pensamientos suicidas.

Son numerosos los casos de arrepentimientos de las personas que cambian de sexo, como es el de Walt Heyer, un hombre biológico que fue transexual y que luego deshizo la así llamada 'transición'.

Heyer ahora se dedica a ayudar a personas que se arrepienten de haberse sometido a estos tratamientos.
Afirma: "Son demasiado jóvenes para someterse a estos procedimientos. Acaban mutilando sus cuerpos y destruyendo sus vidas, y cuando tienen 21 o 22 años, desearían no haberlo hecho nunca".
Y agrega: "Así que la única forma de protegerlos es asegurarnos de que no se les introduzca a ninguno de estos procedimientos o bloqueadores hormonales hasta que tengan al menos 19 años, y entonces, ellos pueden analizarlo de otra manera".