El aeropuerto internacional de Catania podría haber resultado dañado por esta nueva erupción. El Etna permanece en etapa de actividad desde el jueves pasado, aunque en las últimas horas del domingo ha perdido parte de su intensidad. Este nuevo período, que sigue al del pasado mes de mayo, se inició el miércoles por la noche incrementándose con el paso de las horas.

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Ha arrojado por su cráter sureste alrededor de 200 ó 250 metros de lava obligando a evacuar a miles de personas. A pesar de ello y de los cortes en las comunicaciones en plena época estival, su disminución en la actividad volcánica permitió a las autoridades reabrir el aeropuerto de Catania en la mañana del domingo.

Según los científicos que siguen de cerca su actividad, este período sería similar al de las violentas erupciones de 2006 y 2007 y no se descarta que durante las próximas horas se reactiven de nuevo las lenguas de lava. Sin embargo, la última gran erupción tuvo lugar en 2008, acompañada de cerca de 200 terremotos de distinta magnitud.

El Etna está sometido a la presión de su magma interno y anualmente se expande más de un centímetro en dirección al mar Mediterráneo. Tiene 3.222 metros de altura.