Los representantes de los países africanos miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se opusieron ayer a la reforma del Reglamento Sanitario Internacional, más conocido como "tratado de pandemias", presentado por Estados Unidos en la Asamblea Mundial de la Salud, órgano supremo de decisión del organismo sanitario mundial de la ONU, en cónclave en Ginebra.
Moses Keetile, subsecretario permanente del Ministerio de Sanidad de Botsuana
Moses Keetile, subsecretario permanente del Ministerio de Sanidad de Botsuana.
El Reglamento Sanitario Internacional es un conjunto de normas jurídicamente vinculantes diseñadas para imponer la eliminación de los derechos fundamentales de las personas con pretextos sanitarios, así como levantar barreras al desplazamiento internacional de personas y mercancías.

La propuesta fue llevada a la asablea por Estados Unidos y pretende autorizar el despliegue de equipos de "expertos" en ciertos lugares y la creación de un nuevo comité de cumplimiento para supervisar la aplicación de las normas. Pero los países africanos se han opuesto, argumentando la adopción de todo el paquete de reformas para mejorar el funcionamiento de la OMS.

"La región africana comparte la opinión de que el proceso no debe acelerarse", dijo Moses Keetile, subsecretario permanente del Ministerio de Sanidad de Botsuana, en la reunión en nombre de los representantes del continente negro.

Además de los países africanos, también Irán y Malasia han expresado sus reservas sobre la reforma del Reglamento Sanitario Internacional. Rusia ha presentado un proyecto de reforma del Reglamento.

La 75 sesión de la Asamblea Mundial de la Salud, que se prolongará hasta el 28 de mayo, se ha marcado como objetivo la elaboración de una reforma integral y de gran calado del sistema sanitario mundial. Entre las principales reformas que se han puesto sobre la mesa están un tratado sobre pandemias y un proyecto de resolución para aumentar gradualmente las contribuciones obligatorias de los Estados miembros de la OMS hasta cubrir la mitad del presupuesto de la institución para 2030-2031.

Las OMS es un organismo parasitario, repleto de vagos y figurones. Hasta ahora las contribuciones de los Estados miembros sólo cubren alrededor del 16 por cien del presupuesto de la organización. El resto de la financiación procede de las llamadas contribuciones voluntarias de los países, otras organizaciones internacionales y agentes privados, lo que ha convertido al organismo en uno de los muchos tentáculos de los monopolios farmacéutico.