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Cayó muy mal en los inversores el dato de desempleo en Norteamérica. Tampoco alcanzó con la decisión del BCE y el Banco de Inglaterra de mantener estable sus tasas. Wall Street baja más del 2 por ciento.

La crisis de deuda de la zona euro parece haber entrado a una nueva fase y potencialmente más peligrosa, con Grecia dirigiéndose a una moratoria e Italia y España -dos de las mayores economías del bloque- también en la mira del mercado pese a los recientes esfuerzos de los líderes para evitar el contagio.

Hoy se conoció un dato (otro) negativo del desempleo que evidencia un estancamiento de la actividad económica en los Estados Unidos, en tanto que el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, admitió que la Eurozona está en desaceleración. Fue tras la decisión de la entidad monetaria europea de mantener sin cambios los tasas de interés, en 1,5%. En la misma línea, el Banco de Inglaterra mantuvo hoy sus tasas de interés en 0,5%.

En este contexto, los mercados volvieron a castigar duramente a la bolsa española, después de que el BCE señalara que mantiene vivo el programa de compra de bonos, aunque fuentes europeas adviertieron que las actuaciones del BCE se centraban en la deuda irlandesa y portuguesa.

Así el Ibex 35 de Madrid pierde 1,9%, Fráncfort 2,3%, París 2,4%, Londres 2,4%, Milán 2,4% y Atenas 1,3%.

En Wall Street, los inversores también volvían a verse dominados por el ánimo vendedor después de conocerse que la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo en Estados Unidos bajó en 1.000 y se ubicó la semana pasada en 400.000, según el Departamento de Trabajo.

Ese leve descenso reavivaba el temor a que la reactivación económica de Estados Unidos se esté debilitando, y eso a pesar de que ese mismo departamento también informó que el promedio de solicitudes en cuatro semanas, considerado como un indicador más claro de las tendencias, disminuyó en 6.750 y quedó en 407.750, el nivel más bajo desde mediados de abril.

Además influían en los números rojos de la jornada el considerable fortalecimiento del dólar ante otras divisas, que se producía debido a los persistentes temores a la crisis de deuda de la zona euro y como respuesta a la decisión del Banco de Japón de intervenir en el mercado de divisas para frenar la escalada del yen.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, dijo hoy que la incertidumbre es "particularmente alta" y afirmó que el crecimiento económico en el área euro está en "desaceleración". Dadas las tensiones "particularmente altas" en los mercados, el consejo directivo del BCE, reunido hoy en la ciudad alemana de Frankfurt, decidió "una operación suplementaria de liquidez", indicó Trichet.