Un nuevo estudio de la roca espacial contradice la hipótesis de que los elementos volátiles del planeta rojo, como el hidrógeno, el carbono y el oxígeno, proceden de la nebulosa solar que formó el sistema planetario, y apunta que los elementos adicionales provienen posteriormente de los meteoritos.
© NASA
Un meteorito que impactó en la Tierra hace más de 200 años
está cambiando las ideas de investigadores sobre cómo se formó Marte.
Un nuevo estudio reveló que la composición química interior del planeta rojo procede, en gran medida, de las colisiones de los meteoritos, y no de una nube de gases como se pensaba anteriormente. Esto hace que la formación temprana de Marte sea similar a la de la Tierra.
La mayor parte de lo que sabemos sobre el manto de Marte procede de tres meteoritos marcianos que cayeron en la Tierra tras ser expulsados del planeta rojo por impactos: Shergotty, Nakhla y Chassingy. Durante los análisis anteriores de
Chassigny, que cayó en 1815 en Francia, se estudiaron los isótopos del xenón, un gas químicamente inerte que puede sobrevivir sin cambios durante millones de años. Estos isótopos -átomos que se diferencian por su número de neutrones- se presentan en proporciones específicas que pueden vincularse a un lugar y una época, reza el artículo,
publicado este jueves en la revista
Science.
Las proporciones de isótopos del meteorito parecían coincidir con las de la atmósfera de Marte y la nebulosa solar, una gran nube de gas a partir de la cual se formó el sistema solar primitivo. Esto condujo a la hipótesis de que los elementos volátiles del planeta rojo, como el hidrógeno, el carbono y el oxígeno, procedían de la nebulosa solar y que los elementos adicionales se introdujeron posteriormente con los meteoritos.
Recientemente, Sandrine Péron, de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza), y Sujoy Mukhopadhyay, de la Universidad de California (EE.UU.), analizaron una muestra de Chassigny para observar los isótopos del criptón -otro gas inerte-, lo que permite realizar mediciones más precisas, utilizando un espectrómetro de masas de alta resolución. "Con los isótopos del xenón, es difícil distinguir la fuente precisa de los volátiles, pero no es el caso del criptón", señaló Péron,
citada por New Scientis. "
Con el criptón, se puede ver mejor la diferencia entre las fuentes potenciales, como la solar o la de los meteoritos [...] pero los isótopos de criptón son más difíciles de medir que los de xenón, por eso no se había hecho antes", agregó.
Los investigadores descubrieron que
los isótopos procedían de meteoritos y no de la nebulosa solar. Esto implica también que la atmósfera marciana, que contiene principalmente isótopos de la nebulosa solar, no fue formada a partir de los gases que provienen del manto de origen solar, como se pensaba hasta ahora, detalló la científica.
Entonces, ¿de dónde vinieron esos gases de la atmósfera? De acuerdo con Péron, podría ser que estuvieran atrapados en el suelo, más cerca de la superficie, o en los fríos casquetes polares, si el 'joven' Marte creció rápidamente, y que estén siendo liberados gradualmente a partir de impactos de meteoritos.
"Es un cambio importante en nuestra comprensión del origen de los volátiles en Marte", dijo Chris Ballentine, de la Universidad de Oxford. "El resultado final es que
Marte se parece mucho más a la forma en que se formó la Tierra y a la forma en que ésta adquirió los volátiles, lo que nos da una visión mucho más consistente de cómo los planetas adquieren sus elementos volátiles", añadió. Concluyó que averiguar cómo se adquieren y distribuyen los elementos volátiles es también esencial para comprender la composición química de un planeta.
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