El presidente de Ecuador declara el estado de excepción en tres provincias para detener las masivas protestas antigubernamentales iniciadas hace cinco días.
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Guillermo Lasso, exbanquero de derecha, anunció la medida el viernes en las provincias andinas de Pichincha, cuya capital es Quito, Imbabura (norte) y Cotopaxi (sur), las más afectadas por las movilizaciones y protestas llevadas a cabo en el marco de un paro nacional convocado el 13 de junio por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Bajo esta medida que estará en vigor por 30 días, el mandatario movilizó a las Fuerzas Armadas ante una "grave conmoción interna" y ordenó un toque de queda entre las 22H00 y 05H00 locales. Prohibió además cualquier concentración de protestas en las mencionadas provincias.

"Anoche convoqué al diálogo y la respuesta fue más violencia. No hay intención de buscar soluciones", afirmó el viernes Lasso a través de un comunicado en televisión nacional, antes de declarar el estado de excepción.

La Conaie, la mayor organización indígena del país sudamericano que reclama la reducción del precio del combustible, entre otros, ha rechazado la oferta del diálogo del Ejecutivo y prometido continuar las protestas hasta que el Gobierno cumpla con sus reclamos.

Dirigente indígena: A Lasso le falta voluntad para cumplir demandas del pueblo

El titular de la Conaie, Leonidas Iza, condenó la violencia ejercida por la policía y los militares contra los manifestantes, la cual ha dejado al menos 43 heridos y 37 detenidos, y acusó a Lasso de falta de voluntad para "resolver los temas de fondo", después de que el Gobierno anunciara limitadas compensaciones para "aliviar la difícil situación" de las familias más pobres.


Asimismo, el dirigente indígena adelantó su decisión de partir con una caravana de aborígenes rumbo a Quito para mantener las protestas, de manera indefinida, sin precisar cuándo arribarán los nativos.

Iza llamó también al Gobierno a resolver los problemas como la inseguridad, que se ha incrementado en el país en los últimos meses; la falta de medicinas e insumos médicos en los centros de salud; la imposibilidad, tras la pandemia de la COVID-19, de los pequeños productores y agricultores de pagar los créditos adquiridos en el sistema financiero, lo que estaría provocando la pérdida de sus propiedades.

A las protestas llevadas a cabo en todo el país andino se han sumado en los últimos días docentes, sindicalistas y estudiantes, entre otros grupos, para rechazar las políticas neoliberales del Ejecutivo, que no han tenido ningún resultado menos profundizar la pobreza.