Traducido por el equipo de SOTT.net

Uno de los físicos nucleares más importantes del mundo ha lanzado una demoledora acusación contra el proyecto político Net Zero.
Wind turbine
En un artículo científico publicado recientemente, el Dr. Wallace Manheimer dijo que esto significaría el fin de la civilización moderna. Refiriéndose a la energía eólica y solar, afirmó que sería especialmente trágico "cuando esta nueva infraestructura no sólo fracase, sino que cueste billones, destrozará grandes zonas del medio ambiente y será totalmente innecesaria". Lo que está en juego, añadió, "es enorme".

El Dr. Manheimer es Doctor en Física del MIT y ha desarrollado una carrera de 50 años en investigación nuclear, incluyendo su trabajo en la División de Física del Plasma del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos. Ha publicado más de 150 artículos científicos. En su opinión, "ciertamente no hay base científica" para esperar una crisis climática por exceso de dióxido de carbono en la atmósfera en el próximo siglo o alrededor. Sostiene que no hay ninguna razón para que la civilización no pueda avanzar utilizando tanto la energía de los combustibles fósiles como la energía nuclear, pasando gradualmente a utilizar más energía nuclear.

Por supuesto, cada vez hay más opiniones que señalan que el emperador no tiene ropa cuando se hace referencia a todas las tecnologías ecológicas de moda. Los coches eléctricos, la energía eólica y solar, el hidrógeno, el almacenamiento en baterías, las bombas de calor -todos tienen enormes desventajas y son incapaces de sustituir a los sistemas existentes sin consecuencias devastadoras.

Manheimer señala que antes de que se generalizara el uso de combustibles fósiles, la energía la proporcionaban las personas y los animales. Como se producía tan poca energía, "la civilización era un fino barniz sobre una vasta montaña de miseria humana, un barniz mantenido por instituciones como la esclavitud, el colonialismo y la tiranía".

Este argumento indica por qué tantas celebridades ricas y virtuosas defienden no sólo el Net Zero, sino el "Real" Zero, con la prohibición de todo uso de combustibles fósiles. El rey Carlos de Inglaterra declaró en 2009 que la era del consumismo y la comodidad había llegado a su fin, aunque es de suponer que el monarca, propietario de varias mansiones, no cree que tales restricciones desesperadas se apliquen a sí mismo. Manheimer señala que los combustibles fósiles han extendido los beneficios de la civilización a miles de millones de personas, pero que su trabajo aún no ha terminado. "Para extender los beneficios de la civilización moderna a toda la familia humana se necesitaría mucha más energía, así como nuevas fuentes", añade.

El autor señala que el énfasis en una falsa crisis climática se está convirtiendo en una "tragedia para la civilización moderna", que depende de una energía fiable, económica y viable desde el punto de vista medioambiental. "Los molinos de viento, los paneles solares y las baterías de reserva no tienen ninguna de estas cualidades", afirma. Esta falsedad ha sido impulsada por lo que se ha denominado como un complejo industrial climático, formado por algunos científicos, la mayoría de los medios de comunicación, industriales y legisladores. Además, prosigue, esta agrupación ha conseguido "de alguna manera" convencer a muchos de que el CO2 de la atmósfera, un gas necesario para la vida en la Tierra, que exhalamos con cada respiración, es un veneno medioambiental.

En opinión de Manheimer, la asociación entre empresas interesadas, políticos grandilocuentes y activistas alarmistas "es realmente una alianza nefasta". El complejo industrial climático no fomenta el debate sobre cómo superar este reto de la mejor manera para todos.
"No debería sorprendernos ni impresionarnos que quienes obtienen beneficios sean los que más piden a los políticos que actúen", añadió.
Tal vez una de las mejores voces para cuestionar el advenimiento de una crisis climática, sugiere el autor, sea la del profesor emérito Richard Lindzen, del MIT, una de las principales autoridades mundiales en movimientos de fluidos geológicos:
Lo que sin duda se preguntarán los historiadores en los siglos venideros es cómo una lógica profundamente errónea, oscurecida por una propaganda astuta e implacable, realmente permitió a una coalición de poderosos intereses especiales convencer a casi todo el mundo de que el CO2 procedente de la industria humana era una peligrosa toxina destructora del planeta. Esto será recordado como el mayor engaño de masa en la historia del mundo - que el CO2, la vida de las plantas, fue considerado durante un tiempo como un veneno mortal.
Gran parte del interesante artículo del Dr. Manheimer echa por tierra muchos de los tópicos de moda en torno a la politizada ciencia climática "establecida". Es una lectura excelente. Al comentar algunas de las opiniones contrarias que desmienten afirmaciones obviamente falsas, señala que es "especialmente descorazonador" ver a sociedades eruditas realizar afirmaciones definitivas cuando se dispone de tanta información contraria. Destaca que en los últimos 10.000 años es casi seguro que la Tierra ha sido más cálida. Ha habido períodos más cálidos y más fríos, igual que hoy.

Según Manheimer, para encontrar información distinta de la narrada se puede recurrir incluso a Google, aunque señala que la empresa advierte que no proporcionará información sobre " alegaciones que nieguen que las tendencias a largo plazo muestran que el clima global se está calentando".
Chris Morrison es redactor de Medio Ambiente del Daily Sceptic.