Traducido por el equipo de SOTT.net

China comunicó el martes su primer descenso de población desde 1961, mientras el país más poblado del mundo se enfrenta a una crisis demográfica.
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© VCG/VCG via Getty ImagesUna mujer con un bebé en brazos en la estación de ferrocarril de Shijiazhuang, en la provincia china de Hebei, el 7 de enero.
En cifras: A finales de 2022 vivían en China 1.41175 millones de personas, lo que supone un descenso de unas 850.000 respecto al cierre del año anterior, según datos facilitados el martes por la Oficina Nacional de Estadística de Pekín.
  • En 2022 nacieron en el país 9,56 millones de personas y murieron 10,41 millones, según la NBS.
Cabe destacar que, según las previsiones de las Naciones Unidas, India superará a China como nación más poblada del mundo en algún momento de este año.

Panorama general: Los datos llegan en un momento en el que Pekín se enfrenta a un aumento de las muertes por coronavirus tras abandonar su política de "cero COVID", en la que las restricciones, incluidos los cierres, debilitaron su economía e interrumpieron las cadenas de suministro mundiales.


Comentario: Las muertes por Covid no tienen casi nada que ver con la caída de la natalidad en China, los cierres y la embestida propagandística de los principales medios de comunicación del mundo podrían tenerla, como ocurrió en todas las demás naciones desarrolladas; las naciones occidentales vieron caer en picado las tasas de natalidad.

  • Los datos de NBS (National Bureau of Statistics) mostraron el martes que la economía china creció un 3% el año pasado, muy por debajo del objetivo del 5,5% fijado por el gobernante Partido Comunista Chino para principios de 2022.
Antecedentes: En los últimos años, Pekín ha respondido a la ralentización de su tasa de población relajando las restricciones de planificación relacionadas con su estricta política del hijo único que entró en vigor en 1980 y fue abolida a finales de 2015.

Burbuja de pensamiento, vía Bethany Allen-Ebrahimian de Axios: Esto marca un claro punto de inflexión que cambiará lenta pero drásticamente la sociedad y la política chinas en las próximas décadas.